Las cosas de mi embarazo, sólo por el placer de compartirlas y dejar constacia de ellas.

Sin intención de educar ni dar consejos, puesto que no hay dos embarazos iguales, supongo...

martes, 27 de abril de 2010

EL MIEDO TAMBIÉN EXISTE

¿Quién dijo miedo?

Yo, yo lo digo, y hablo de miedo ahora. Porque también está ahí. Y al menos en mi caso, hay días en los que se hace muy presente.


Tengo miedo. Y mucho! Me da miedo no saber cómo van a ser las cosas después de dar a luz. No ser una buena madre o convertirme en una mala persona superada por los nervios de una maternidad primeriza.


Tengo miedo a no recuperar nunca mi fuerza natural, ni mi manera de ser normal, tengo miedo a no perder nunca este miedo.


Este miedo me lleva a preguntarme si nos hemos equivocado, si he cometido un error, si no soy lo suficientemente buena como para traer a nuestro niño a este mundo.


Joder! Estoy acojonada!!! Con perdón...


Y el propio temor a estos miedos me llevan a no hablar nunca de ello. Pero de este modo, lo único que consigo es que nadie me hable de ello y me acaba dando la sensación de que soy la única mala persona de este mundo que tiene miedo a ser madre!


Claro que a mí también me encanta hablar de la ilusión, la alegría y la esperanza que tengo en este grandísimo proyecto de vida. Pero también he de hablar del miedo, porque está ahí y el hecho de ocultarlo no lo hace desparecer...


Parece ser que en esta sociedad no interesa demostrar que tenemos miedo, porque mostrarnos temerosos nos haga vulnerables... Y una mierda! Sé de sobra que no voy a ser menos fuerte por decir que tengo un ataque de pánico. Porque además, lo más probable es que cuando se me pase, me ría de mí misma, y mucho...


Pero aunque sea algo pasajero, aunque no esté ahí continuamente, el miedo existe y por favor, quien no lo haya sentido que me cuente cómo se hace!!!

sábado, 24 de abril de 2010

Los Superpoderes de Las Supermamás



Este repentino sentido del olfato tan agudo fue la primera señal que me hizo sospechar que podría estar embarazada.
Dicen por ahí que es un síntoma de los primeros meses de embarazo. Sí, sí... de los primeros y de los terceros y de los quintos, de momento...


La fuerza bruta en este segundo trimestre también es algo bastante particular... aun sabiendo que no es conveniente coger pesos ni trasladar cosas pesadas, una tiene dentro una energía que le hace creerse capaz de acunar elefantes en los brazos.
Increíble, teniendo en cuenta que debido al “esponjamiento” de las plantas de los pies a veces no puedo ni separar lo talones del suelo, pero cierto.


El superpoder que más entusiasmada me tiene, es esa especie de equipo de radiodiagnóstico incorporado que me hace ver (u oler) la mezquindad y la tontería de la gente a distancia.

El ser humano por naturaleza, tiende a mentir, por mucho que te diga que te jura lo que te cuenta y por mucho que sea tu amigo. Y también hay mucho personaje al que le gusta demasiado el vacile molesto.

Bien, esto lo sabemos todos, se supone. Pues es quedarse embarazada y desarmar hasta al más sutil que se piensa que te la está metiendo doblada.


Vamos, que se le ve el plumero a todo quisqui de una manera insultante.

 
Claro, luego hay quien se lamenta por ahí de que eres borde, que lo soy por supuesto, ahora mismo mucho, ya lo avisé en su momento. Pero cómo no voy a ser borde si lo que me estás contando no te lo crees ni tú? Pues qué quieres que te diga... “vete a la mierda”, como poco.


También contaba por ahí hace poco que mi paciencia está rozando sus límites.
Vamos a ver, tengo un futuro por delante que poco tiene que ver con lo habido hasta ahora y tengo muchas cosas que aprender, llevo una persona de carne y hueso dentro de la barriga, cuya salud y su bienestar dependen tan sólo de mí y de la madre naturaleza, además de una persona de carne y hueso llevo el peso de más de 10 kilos a los que no estaba acostumbrada y que cansan, y tengo muuuuuchas cosas importantes en las que pensar como dónde pondremos la cuna o cómo se va a llamar nuestro hijo.


Con tantas cosas que son más importante que cualquier otra cosa de este mundo, cómo voy a echar paciencia para aguantar tanta tontería con la que nos gusta a los estúpidos seres humanos perder el tiempo?? A ver... señores, piensen... y si lo que me van a contar no es más importante que la marca de los pañales de mi bebé, déjenme en paz que estoy hasta el moño de escuchar bobadas.

Aún así, cada día me topo con individuos que creo que me ven como una figura maternal, pero de manera equivocada. Me explico: yo soy madre, madre de mi bebé, no soy TU madre. Entendido?
Claro, esta necesidad de llamar la atención y de que les andes haciendo cariños y cucamonas, pues cansa que no veas, y mi paciencia se sigue agotando, porque un porcentaje bastante altito de la gente que me encuentro, me agota con estas necesidades tan... infantiles.



Bueno, que una persona embarazada tenga menos tolerancia con la estupidez humana me parece la cosa más normal del mundo, aunque para mí, pertenece a esta parcela de los superpoderes que he adquirido con la preñez.


Y según parece esto de los superpoderes es algo que va en aumento y cuando una mujer da a luz sufre la transformación completa y evoluciona en súperheroína con mallas y capa y es capaz de salvar el mundo!!! Waaaaoooo!!!

...


Ejem... Sí, el que a una se le pire un poco la pinza y fantasee con otras dimensiones o realidades paralelas es síntoma del embarazo... también. ;)



sábado, 17 de abril de 2010

Superándome a mí misma

Estoy batiendo mis propios records:



Record de olvidar más cosas a lo largo del día. Desde que estoy embarazada no llevo una agenda sino cuatro o cinco, porque siempre suelo olvidar dónde la he metido...


Escupir más lejos y más abundante, sin querer, mientras hablo. Sólo puedo decir una cosa, no suele ocurrir, pero pido disculpas de antemano por si a alguien le pilla en medio.


Caminar más lentamente: con una bolsa en la mano que contiene una lechuga, una cajita de tomate cherry, 300 gr de carne y una barra de pan me lleva unos 45 minutos llegar desde el principio de la Calle Toledo hasta la Plaza de Santo Domingo (a una velocidad normal se tardan aproximadamente 12 minutos).


Después de tomar un botellín de agua y una cerveza sin alcohol, suelo hacer pis una media de 4 ó 5 veces en una hora.


Cada dos semanas o semana y media tengo que acudir al médico o a la farmacia por alguna “novedad” en mi cuerpo: sarpullido en brazos y piernas, cefaleas infernales, infección vaginal, un orzuelo en un ojo, dolor en la parte alta derecha del abdomen, “agujetas” en la tripa, subidas de tensión, y más... Por lo general, el resultado de estas visitas consiste sólo en saber lo que es, porque el 90% de las veces no puedo tomar nada para remediarlo y además se consideran afecciones “normales” durante el embarazo. Normal, todo es normal, todo todo todo normal.


Y cuando intento explicar o contar algo, me voy por la ramas y pierdo el hilo de mi propia conversación como nunca lo había hecho en mi vida!


Mi paciencia ya brilla por su ausencia.


También llego a ser tan borde seca y como hubiera deseado ser desde pequeñita. Mi tolerancia a las cosas absurdas, insolentes o molestas de los demás ha disminuido tanto que está a punto de desaparecer. Hum... y tengo que reconocer que esta nueva habilidad me encanta!!!


jueves, 8 de abril de 2010

ES UN VARÓN

Es un niño!
llevábamos 5 meses sin tener ni idea de qué podía ser y con la misma ilusión tanto porque fuese niño como niña

Peeero, cosas de la vida, desde el principio del embarazo tenía la sensación de que era un chaval. Eso sí, sin nada en absoluto en lo que basarme. Simplemente intuición, una sensación, como decía. No obstante, estaba por completo abierta a la posibilidad de que fuese una niña, y me ocupaba de la misma manera de pensar en el futuro como madre de una princesita o de un príncipe.

En cuanto a los nombres, tan sólo alguna idea más clara por mi parte para poner nombre a un varón y más clara por parte del papá en cuanto a nombres de chica. Lo cual nos llevó al acuerdo de que en caso de que fuese niño yo propondría el nombre y si fuese niña lo propondía el papá, y tras las propuestas, a decidirlo entre ambos.

Así que me toca hacer la propuesta. La tengo muy clara, ahora sólo falta ver si llegamos a acuerdo.
En cuanto lo tengamos bien decidido, os lo contaré. De momento prefiero que no, porque seguro que habrá mil tentaciones de cambiar de opinión.


Y aunque nos hacíamos tanto a la idea de que fuese chico como chica, nos ha hecho mucha ilusión que sea niño. Supongo que tanta como si nos hubiesen dicho que es una niña.

Además, hay una gran noticia que supera a todas las demás y es que está perfectamente. Y esa, sin duda, es la mejor noticia de todas.