Las cosas de mi embarazo, sólo por el placer de compartirlas y dejar constacia de ellas.

Sin intención de educar ni dar consejos, puesto que no hay dos embarazos iguales, supongo...

viernes, 10 de septiembre de 2010

La epidural, esa señora...

Si me diesen un duro cada vez que alguien me dice lo que tengo que hacer con respecto a la epidural, este embarazo me habría hecho millonaria.

Es impresionante la cantidad de opiniones, conflictos y espectativas que despierta este tema, incluso en hombres y en mujeres que no han sido madres en su vida.

No entiendo por qué provoca tanto nerviosismo. Al fin y al cabo, a qúién le importa que yo decida parir con epidural o no??? Sinceramente, creo sólo ha de importarnos a mí y a mi marido (que tendrá que aguantarme a la hora del parto). A nadie más.
Amigos, amigas, a mí me da exactamente igual cómo decida parir el resto de la humanidad. No me gustaría parecer antipática diciendo esto, pero es la verdad, cada uno pare como quiere/puede.

Al principio y en algunos casos hace gracia, por lo menos cuando te lo cuentan con mucho sentido del humor o con toda tranquilidad, sin querer darte lecciones.
Pero si te dejas, te conviertes en el blanco de una especie de vicio morboso que lleva a la persona que te está hablando del tema a hurgar, criticar, organizar y juzgar hasta más allá de donde moralmente le incumbe.

Y como yo me callo porque no dan opción a meter baza y además este blog no me discute, voy a aprovechar ahora mismo para dejar plasmada mi opinión previa al parto, con la posibilidad que me brinda poder contrastarla con la que será mi opinión después del parto.

No tengo ningún miedo ni ningún problema con la tal epidural. Considero que es una parte más del proceso del parto, que se ha puesto al alcance de toda mujer hace ya muchos años para facilitar un trabajo duro y doloroso como es parir.
Cuando te pones de parto, tu útero que a estas alturas ha aumentado unas 1000 veces su capacidad, se contrae con fuerza para empujar y sacar por un pequeño agujero de unos 10 cms a un individuo que pesa alrededor de 3 kilos y mide unos 50 centímetros.
¿Quién puede asegurar que eso no duele?
Ante el dolor extremo, el cerebro y el propio cuerpo reaccionan de formas muy diferentes, según cada persona. Hay mujeres que soportan mejor el dolor, y hay otras que con un pequeño golpecito o pellizco la lían parda. Si precisamente para dar a luz es fundamental que la madre colabore, ¿cómo lo va a hacer si está bloqueada y paralizada por el dolor?

Si cuando nos sacan una muela, o nos arrancan las amígdalas, se nos duerme, ¿por qué no nos pueden aliviar el dolor con una anestesia local cuando estamos pariendo? ¿Dónde está la diferencia? Esa es mi pregunta, ¿por qué para cualquier otra intervención quirúrgica sí, pero para dar a luz no?.
Esta pregunta aún no me la ha respondido nadie, ¿por qué será?

Y en el otro extremo tenemos a las mujeres que creen que tienen el secreto de la epidural en sus manos y que en sus palabras está tu salvación. Estas tratarán de convencerte por todos los medios de cuándo, cómo y cuánto te tienen que poner.
Lo primero que quiero decir  a este respecto es que la única persona que me ha "convencido" con sus palabras ha sido el propio anestesista, que, me van a disculpar, pero a mi entender es quien realmente sabe del asunto.

El médico anestesista me explica en qué consiste, cómo se administra y cuándo me la van a poner, si yo firmo un consentimiento para que me la pongan, claro está.

Conclusiones después de la visita al anestesista:
* Para empezar, no obligan a nadie a que se ponga la epidural, señoritas futuras mamás, no teman a ese respecto.

* No soy yo quien decide cuándo me la tienen que poner, la comadrona sabe cuándo ha llegado el momento y un equipo de anestesistas se encargará de hacerlo.
Me dicen por ahí que yo la pida a gritos en cuanto llegue al hospital para que me la pongan cuanto antes, y que si no me la quieren poner, llore y patalee y les cuente mi vida para convencerles de que me la pongan antes de tiempo.
Vamos a ver:
1. no tengo ninguna intención de entrar en el hospital y parecer más histérica de lo que ya pareceré con el dolor de las contracciones, los nervios y el miedo que voy a pasar.
2. en serio, NO ES BUENO PONER LA EPIDURAL ANTES DE TIEMPO, PORQUE SE CORRE EL RIESGO DE QUE SE PARALICE EL PROCESO DE DILATACIÓN Y LAS CONTRACCIONES.
3. mamás, dudo mucho que sepais vosotras más que los médicos y las matronas a este respecto...
 
* No voy a ser mejor ni peor madre por parir con epidural.
Creo que lo que estoy siendo es más consecuente, consciente y realista que en toda mi vida. Y me explico:
yo soy de Bilbao, y aunque suene a coña, soy bruta y dura por naturaleza. Soy capaz de caer de morros al suelo con 33 años, partirme un diente y no darle ninguna importancia. No lloro de dolor y, es más, para mitigarlo me suele entrar mucha risa.
A estas alturas de mi vida, podría creer que soy capaz de parir sin anestesia, pero no voy a ser tan cazurra como para hacer la bilbainada de comprobarlo porque sí.
Simplemente porque como no he parido nunca, no sé hasta qué punto llega ese dolor. Sé que se puede soportar, porque mi madre, al igual que millones de mujeres en el mundo, en la vida y en la historia han parido a pelo, han sobrevivido y además han repetido.
Esto me lleva a pensar que no se muere de dolor. Pero sigo teniendo la duda de que mi cuerpo sea capaz de reaccionar a ese dolor de la manera adecuada.
No creo que sea lo mismo aterrizar con los morros en el suelo, que sacar un bebé por el ****, con perdón.
 
Y, sobre todo, reconozco que no sé cómo es dar a luz, no sé hasta qué punto llegará mi miedo, no sé hasta qué punto resistirá mi cuerpo. Sólo sé que quiero hacer todo lo posible para colaborar con el equipo que me asistirá para ayudar al pequeño Don Alberto a salir de aquí en las mejores condiciones posibles.
Si concibo ir al hospital como una necesidad, ¿por qué una vez que esté allí me voy a negar a que hagan su trabajo tal y como llevan décadas haciéndolo?



Me importa mucho más mantener la calma para vivir cada segundo de esta historia que es la primera y por tanto, única e irrepetible.
 
Cabe también la posibilidad de tener un parto de estos que no te da tiempo a llegar al hospital y das a luz en el portal de casa, asistida por un policía y luego viene la tele a grabarte... En ese caso, ni epidural ni leches, a parir a pelo y en tiempo récord.
Pero esta posibilidad, aunque nada descartable, es muy pequeña.
 
Lo más probable es que nos dé tiempo a llegar al hospital y todo transcurra con normalidad.
Y la normalidad para mí consiste en escuchar todo lo que me digan y poner todo de mi parte para que el proceso sea más fácil, más rápido y más seguro.
 
Ah! y reconozco, eso sí, que el pinchazo me da cosa, eh...
 
A la vuelta del parto os contaré cómo ha sucedido realmente, porque eso es algo que no podemos saber nadie, de momento.
 
 

Otra vez andando como E.T.

Me duele la cadera. Igual que al principio, cuando en los dos primeros meses se estaba abriendo el hueso para dar cabida a todo este mogollón que llevo dentro y me era tan difícil moverme estando tumbada, levantarme y andar.

Ayer tuve varios dolores en las ingles, como cuando está por llegar la regla, una presión muy fuerte que se aliviaba al cabo de unos segundos. No, esta vez no eran contracciones, más bien era precisamente el desplazamiento de la cadera, que me ha hecho pasar la noche viendo las estrellas (pero no las de verdad, eso hubiese sido mucho más romántico).

Supongo que estamos haciendo los últimos ajustes para facilitar la salida del pequeño. Está claro, que cuanto más espacio deje el hueso, menos le costará salir: más dolor ahora, menos esfuerzo luego... No tengo ni idea de si esta conclusión a la que he llegado solita es cierta, pero me consuela mucho pensar que lo es.

También llevo dos días que a última hora de la tarde se me hinchan los dedos de las manos como morcillas.
Y sigo teniendo contracciones de vez en cuando.

La semana pasada comencé a tomar a diario infusión de hoja de frambuesa. Me la recomendó nuestra amiga P hace un montón de meses. Pero ojo! la hoja de frambuesa se recomienda tomar SÓLO DURANTE las últimas semanas del embarazo para tonificar y estimular el útero y facilitar su labor en el parto. Como todo, es importante consultarle antes al médico o a la matrona (aunque con este tipo de cosas suelen pasar mucho de todo, porque los temas de herbolario parece que les den alergia) Igualmente, es muy importante consultar, sobre todo si el embarazo está dando algún problema, y fundamentalmente NO TOMAR HASTA LAS ULTIMAS SEMANAS.

Por lo demás, todo sigue igual.  Vuelvo a andar como E.T., pero eso no es ninguna novedad.


jueves, 9 de septiembre de 2010

Ohm...

Asumiendo que las cosas van a pasar cuando tengan que pasar y que yo no tengo ninguna posibilidad de acelerar el proceso, me ha invadido una sensación de calma desconocida para mí en el pasado.

Tengamos en cuenta que soy una persona que necesita estar organizada y tener las cosas más o menos bajo control. Adoro el poder de la improvisación y me encanta innovar y saltarme lo planeado justo en el último momento, pero en cosas serias, sobre todo en el trabajo, llevo muchos años funcionando sobre una base que intento que sea lo más estable posible.
Y el trabajo es tan importante para mí que tiene mucho peso en mi vida, de hecho es difícil saber dónde está la frontera, y durante todos estos meses, el trabajo y mi embarazo han sido contrincantes cuerpo a cuerpo.

Cumplir las fechas y los plazos es algo fundamental para poder estar organizado. Por eso me sorprendo tanto cuando al habernos pasado de la "fecha prevista para el parto" me veo tan alegre y tan tranquila, dándole al pequeño que está por llegar toda la libertad del mundo para que él decida cuándo es el momento de regalarnos su presencia.
Evidentemente, no me queda más remedio, yo no puedo modificar esta situación y lo que he de hacer es asumirlo, relajarme y esperar tranquila.
Y comenzaba a escribir esta entrada precisamente porque me encuentro ahi, asumiendo los ritmos vitales que yo no puedo controlar, y además haciéndolo de buen grado y con gusto.

PERO??? Sí, hay un pero... Con qué dificultad añadida me tengo que encontrar cuando más relajada y despreocupada debería  estar? Con que cuando necesito de la colaboración de otras personas para que todo funcione, es imposible llegar tranquila al parto...
¿Por qué cuándo más ayuda necesito, es más difícil encontrarla? Entiendo perfectamente que las otras personas tienen sus cosas y sus motivos y sus razones de peso y yo no puedo discutirlo, sólo puedo resignarme y aceptar el hecho de que justo ahora, que necesito su ayuda real no están para prestármela. Aceptarlo así, sin reproches ni nada, con una sonrisa y diciéndoles: "oh, lo siento, bueno, no te preocupes, no pasa nada..."

Pero sí pasa, pasa que siento: "ojalá no me hiciese falta nada ni nadie", "ojalá todo fuese de otra manera y no tuviese que pedir ayuda", "ojalá no tuviese que preocuparme más mientras siga embarazada", "ojalá pudiese estar del todo tranquila"... y sobre todo: "Quiero parir yaaaaaaa...." :(((

....

Y así, tengo que coger aire, y dejar que pasen las horas para poder tomar una decisión con claridad, tranquila y sin agobiarme...
Pasan las horas, actúo de la única manera que me puedo permitir "oh, lo siento, bueno, no te preocupes, no pasa nada..." y sigo trabajando buscando otras soluciones. Afortunadamente, si no me rindo las encuentro y después de llevarlas a cabo puedo volver a disfrutar de la calma de la que hablaba al principo de esta entrada.

Pero como todo en esta vida, no es fácil y conlleva trabajo y esfuerzo.

Voy a dejar que pasen unas horas, actuaré y esperaré que vuelva la calma con los brazos abiertos.


miércoles, 8 de septiembre de 2010

Salidos... de cuentas

A día de hoy: 40 semanas + 4 días

Hace justo una semana tuvimos cita en el médico para enchufarnos el monitor, un aparato que consta de dos discos con forma de pastilla de jabón que te colocan sobre la tripa para medir los latidos del bebé y su reacción a tus movimientos o contracciones si las hay.
Todo en orden, el bebé súper despierto a las 10 de la mañana y yo sin novedades.
Despues de estar 20 minutos conectada al aparato, la ginecóloga me citó para volver esta semana si no hubiese dado a luz antes.
Hoy han vuelto a enchufarnos, otros 10 minutos, esta vez con posterior y dolorosa exploración, ayyyy...

Según la médico, no hay indicios de que el pequeño vaya a salir en estos días. Una vez más, las recomendaciones de rigor para facilitar el parto: caminar mucho y mantener relaciones sexuales.

Si no hay cambios, el día 13 volveremos y si no pasa nada antes del 16, se programará la inducción al parto.

A estas alturas lo único que puedo decir con toda seguridad es que no tengo ni idea de cuándo ni de qué va a pasar ni cómo van a transcurrir estos días.

Sigo teniendo contracciones por la tarde/noche, pero por lo visto, todo lo que suponen es un bonito y útil entrenamiento.


Nos habíamos organizado con el trabajo para tener una semana tranquila, pero se nos acaba el plazo programado y nos tenemos que volver a organizar.

R trabaja por las tardes y desde el lunes le han cambiado el turno para ir por las mañanas y estar cubierto en caso de emergencia. Además los jueves por la noche llevamos una sesión de música en una discoteca y aquí vienen los dilemas. La semana pasada la noche quedó cubierta y R pudo estar libre, pero para este jueves si hubiésemos parido en el plazo, pensamos que R ya podria ir sin problema. La cuestión es tener un dj que cubra la noche para que R pueda venir a casa antes si es necesario y así descanse todo lo posible para estar bien en forma en el momento de ir al hospital.
Al final hemos podido volver a organizarlo todo, pero visto lo visto, ampliamos una semana más el "dispositivo de emergencia".


Aprovecho para dejar comentado algo que R me recordaba hace un par de días:
cuando supimos que me había quedado embarazada y dedujimos cuándo había pasado, según nuestras cuentas, sin conocer aún cómo calculan los médicos las semanas de embarazo, nos salía que seríamos papás para el 13 ó 14 de septiembre, casualmente coincidiendo con el cumpleaños de mi madre.
Tal y como van las cosas, es probable, que la cuenta de la vieja que hicimos en su momento sea la que más se acerque a la fecha real del parto.
Dejo constancia de este dato con la incógnita de si estábamos o no en lo cierto.

Se admiten apuestas!!! :DDD


El síndrome del nido

Dicen que cuando estás a punto de dar a luz entran unas ganas incontenibles de limpiar la casa, preparar la habitación del niño, pintar las paredes y todo aquello que implique "poner a punto el nido" para el nuevo inquilino que está por llegar.

Creo que he pasado por el síndrome del nido ya 3 veces y el pequeño sigue sin estrenarlo...

Hace 2 semanas me empleé a fondo con la que será su habitación. Habitación compartida con sus papás, claro, porque un armario empotrado de tres puertas para uso exclusivo de un pequeño de 50 cms me parece exagerado. Pero sí que hemos dejado una bonita estantería blanca para sus cosas, que de momento ocupan muy poquito. Todas esas cosas, sus primeras ropitas y zapatitos, mantitas, sábanas y primeros peluches, que antes estaban acumulándose en nuestra habitación ya tienen su propio espacio. Ese día según me levanté, cogí la escoba, la fregona y el trapo de quitar el polvo y le dí un buen repaso a toda la casa. Cuando ya tenía todo reluciente, me metí en esta habitación y desalojé y reubiqué las cosas nuestras que andaban todavía sin sitio despues de la mudanza y despejé todo el espacio necesario para colocar las pertenencias del pequeño Don Alberto.

Bien, pues después de ese día han pasado dos semanas y dos días sin novedad hasta anteayer, que me dió un "ataque de trapo" mucho más fuerte y no dejé un centímetro de la casa sin brillar como los chorros del oro. Y al día siguiente, como las abuelas, me dio por "limpiar sobre limpio".
Cuando llegamos a vivir a este piso yo ya estaba embarazada de 4 meses y, por ser muy bajos o por ser muy altos, todavía había espacios que eran inaccesibles para mí. Anteayer perdí el miedo a todas esas dificultades y ni altos ni bajos, me agaché, me estiré, me subí al taburete (con mucho cuidado, eso sí) como si tuviese una cintura de avispa y la agilidad de un felino.

Ya podemos decir que he experimentado el síndrome del nido. Sí, me he puesto a limpiar la casa como una loca. Ahora veremos cuánto tiempo tiene que pasar hasta que venga el pequeñín a estrenarlo. De momento, cre que aún me da tiempo a terminar esas fundas para los cojines del sofá que tengo aparcadas desde hace más de un mes.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Con la risa tonta...

... ayer salía de cuentas.
Es una cosa muy rara... Si ya hace tiempo llegué a la conclusión de que esto de estar embarazada es, en general, una cosa muy rara, rara, rara... jejeje, la sensación que tengo ahora, que estamos a expensas de que el pequeño habitante de aquí dentro se decida  salir, es algo realmente nuevo, que no podria comparar con ninguna otra emoción que haya sentido antes.


Por un lado, como decía en el post anterior, está la incertidumbre acompañada del sentimiento de que se agotan las fuerzas de tanto esperar... Pero de repente, llega el día en que sales de cuentas y te re-descubres con una emoción y una ilusión que te hace volver a empezar en esta sucesión de horas, dias y noches de espera con energía renovada.


De hecho, hum... yo lanzo la propuesta: y aprovechar el proceso del embarazo como fuente de energía renovable??? Con este ir y venir de sensaciones y emociones, a lo largo de 9 meses, se crea e invierte una cantidad de energía que no es nada despreciable, eh.... Yo lo aviso. :)))


Pues eso, que aquí estamos, con la intención de descansar para llegar con fuerzas y sobre todo con mucha tranquilidad ante el imprevisible momento en que algo nos indique que el pequeño Alberto ya quiere salir.
He estado en activo, trabajando hasta cumplir las 39 semanas. Pero hace una semana el cuerpo me dio "el aviso" de que había llegado el momento de parar. Llevaba un par de días con molestias en la barriga, un pelín aturdida, y agobiada por motivos de trabajo hasta que el lunes pasado me desperté con décimas de fiebre y dolor en todas las articulaciones, como si estuviese cogiendo una gripe. Pasé todo el día en cama y anulé todos los compromisos. Al día siguiente me encontraba ya perfectamente, pero sabía que no debía retomar el ritmo, ni ciertos asuntos de trabajo que me estaban tocando bastante los ovarios. Desde entonces he descansado mucho, y he desconectado del todo. Me siento muchísimo mejor, peeeero he andado muy poco, y lo que precisamente necesito ahora es andar para "ayudar" al pequeño a salir. Así que desde hace dos días he aprovechado cada visita de mis amigos y cada rato que he tenido con R para darme unos buenos paseos.

Ahora me siento estupenda, físicamente fuerte para recibir el momento tan esperado.
Y emocionalmente, tranquila, como para hacerme sólamente cargo de las personas y las cosas verdaderamente importantes.

De hecho, sigo sacando conclusiones y con esto de ser madre, empiezo a ver con claridad que he sido de las personas más tontas del mundo y me he dejado "mangonear" por gentes que han pretendido que cuidase de ellas y estuviese pendiente de sus movidas hasta hace muy poco, sin respetar mi embarazo y todo lo que eso conlleva. Pues grave error, queridos/as.  A tomar por culo!!! y sin despeinarme, una cosa está muy clara: aunque haya tenido la oportunidad de decirles 4 cosas bien dichas en su momento y no haya podido hacerlo porque estaba demasiado abrumada por tanta mezquindad, arrieritos somos y en el camino nos encontraremos y quien no ha respetado mi embarazo no me respeta a mí, con lo cual, esa persona desaparece ipsofacto de mi mapa de personas queridas y/o importantes.

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Y cambiando de tema, hablando de todo un poco, creo que no lo había comentado aún, pero la "bolsa de ir a parir" lleva preparada tanto tiempo que ya pesa muchísimo, porque sigo metiendo cosas para cubrir el "por si acaso" jajaja!
Estoy casi segura de que una vez en el hospital no me harán falta ni la mitad de las cosas, peroooo... jajaja! como decía, "por si acaso"... mujer precavida vale por dos, dicen... Pues en mi caso, con lo precavida que soy y lo que he engordado en el embarazo creo que ya valgo por 4!!!

He encontrado una página de ropa retro para señoras embarazadas y por un momento me he vuelto loca pensando "Ay, mi madre! lo que he encontrado! A estas alturas!!!" pero ha sido una falsa alrma. Realmente no es para tanto, una pena, aunque de aquí sacamos una nueva conclusión: estar preñada y ponerse mona sigue siendo muy complicado....

Por cierto, tengo que hablaros un día de mis dilemas y estrecheces con la ropa a lo largo de estos meses... :S










viernes, 3 de septiembre de 2010

La palabra: Incertidumbre

Durante la mayor parte del embarazo, la incertidumbre ha sido protagonista entre todas las cosas que se sienten estando embarazada.
La incertidumbre hasta saber si es niño o niña, si todo irá bien, cómo se presentará el momento del parto, cómo será la vida después...

Sólo falta un día para salir de cuentas. Mañana, sábado 4 de septiembre de 2010, es la fecha prevista para el parto, o FPP tal y como lo manejan los médicos.

Y ahora mismo, no me hago a la idea de que pasado mañana Alberto vaya a estar con nosotros. Hace una semana tenía la gran sospecha de que estaba a puntito de llegar en cualquier momento, pero se me ha pasado.
Tal vez mi personalidad inquieta e impaciente, ha conseguido que esté demasiado cansada como para seguir tan a la espectativa.
Creo que ya lo único que me queda por hacer es esperar. Sí, ya sé que esperar no es poco y que se puede esperar de una manera activa o de forma pasiva... Pero lo que siento es cansancio, ha sido tan largo todo este proceso que se me han agotado las fuerzas. Tengo tantísimas ganas de ver a este pequeño rey que llevo aún dentro, que me siento incapaz de intuir su llegada.

Y además, ahi está la posibilidad de que se retrase, es imposible saber cuándo va a venir!!!
Nos hemos planificado para estar más o menos descansados y organizados en estos días, pero la vida una vez más se pasea ante tus narices con esa chulería de tener el destino en sus manos y poder manejarlo a su antojo, sin darte la opción de saber si te has organizado de forma correcta o no...

Hablando de intuición, hace cosa de dos meses, por diferentes síntomas, tanto míos como del bebé, estaba casi convencida de que se presentaría aquí antes de tiempo... pero fallé. :)
A estas alturas se hace muy raro pensar que sin previo aviso, de repente, llegarán las primeras contracciones, o la rotura de aguas, o lo que sea primero que vaya a pasar.

Incertidumbre, esa palabra que tanto nos acompaña en un proceso tan importante en la vida como es tener un hijo.



Os dejo esta maravillosa fotografía que nos hizo Marya García la semana pasada.