Las cosas de mi embarazo, sólo por el placer de compartirlas y dejar constacia de ellas.

Sin intención de educar ni dar consejos, puesto que no hay dos embarazos iguales, supongo...

viernes, 5 de noviembre de 2010

Las 3 reglas de oro

Cuando comencé a escribir este blog, me propuse no hacerlo para educar ni aconsejar por dos grandes motivos:
creo que educar sólo nos deben educar los médicos, y en todo caso, las mamás con experiencia. Ellos son los que saben (y los médicos, no siempre... )
y los consejos no siempre son buenos porque no hay dos embarazos iguales. Aunque por supuesto, sirven para orientar, pero el "tú lo que tienes que hacer..." creo que no ayuda en la mayoría de los casos.

Pero a día de hoy, casi dos meses despues de dar a luz, quiero compartir las 3 COSAS que en mi embarazo han sido fundamentales y me han "salvado la vida", y me atrevo a animar y recomendar a toda mamá en proceso que las pruebe (siempre que no exista ninguna contraindicíón o intolerancia)

* tomar zumo de naranja natural con pulpa todas las mañanas:
muy importante!!!! me he librado del estreñimiento y las hemorroides, que con un estado avanzado de gestación tienen que ser un infierno! Además me ha ayudado a tener la piel limpia, a subir las defensas, no ponerme enferma y asimilar mejor el hierro.

* el aceite de almendras dulces (o cualquier otro aceite corporal) despues de la ducha. En grandes cantidades, y masajeando bien esas partes tan peleagudas y propensas a darnos un susto despues de parir (en forma de estrías o flacidez): brazos, pecho, barriga, caderas, culo y muslos.
Gracias al aceite he tenido la piel la mar de "jugosa" tooodo el embarazo y he conseguido, pese a haber engordado 18 kilos durante los 9 meses, sólo tener unas pocas estrías en las caderas y aunque a día de hoy, por supuesto, no he conseguido bajar del todo el culo y la tripa, no tengo la piel colgando (apuf, apuf, apuf, menos mal, menos mal, menos mal!!!!!)

* dormir todas las noches con dos cojines bajo los pies. He dado esquinazo a las varices y me he librado (excepto muy al final y cuando he olvidado ponerme los cojines) de los fastidiosos calambres en las patorrillas, que, recópón, cómo duelen!!!!


Os lo recomiendo encarecidamente, de todo corazón.

Y os animo a que compartais conmigo esas costumbres que os "han salvado la vida" durante el embarazo o se la han salvado a alguien que conozcais muy bien ;D



viernes, 22 de octubre de 2010

BIENVENIDO, DON ALBERTO!

Alberto Xabier, más conocido por todos como Don Alberto, nació por fin el lunes 13 de septiembre de 2010 a las 7:45h, en la Fundación Jimenez Díaz con un peso de 2,270 kg y 50cm.


Por cesárea de urgencia, debido a una complicación de última hora, y gracias al equipo de médicos, cirujanos, enfermeras y matronas del hospital, llegó en perfecto estado, con unos resultados de 9-9 en el Test de Apgar.


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Han pasado un mes y 9 días desde que nació.
No he podido actualizar el blog en todo este tiempo, porque he estado un tanto pachuchilla, pero ahora que ya me encuentro mejor, quiero seguir contandoos esas cosas que han sido tan importantes para mí durante el embarazo y que aún estan en el tintero y, cómo no, relataros las tan apasionantes peripecias que estamos viviendo desde que Alberto está con nosotros.

Os presento al pequeño Don Alberto:

A las pocas horas de nacer:



Con 3 días, nada más llegar a casa desde el hospital:


BIENVENIDO, DON ALBERTO!!!

 


viernes, 10 de septiembre de 2010

La epidural, esa señora...

Si me diesen un duro cada vez que alguien me dice lo que tengo que hacer con respecto a la epidural, este embarazo me habría hecho millonaria.

Es impresionante la cantidad de opiniones, conflictos y espectativas que despierta este tema, incluso en hombres y en mujeres que no han sido madres en su vida.

No entiendo por qué provoca tanto nerviosismo. Al fin y al cabo, a qúién le importa que yo decida parir con epidural o no??? Sinceramente, creo sólo ha de importarnos a mí y a mi marido (que tendrá que aguantarme a la hora del parto). A nadie más.
Amigos, amigas, a mí me da exactamente igual cómo decida parir el resto de la humanidad. No me gustaría parecer antipática diciendo esto, pero es la verdad, cada uno pare como quiere/puede.

Al principio y en algunos casos hace gracia, por lo menos cuando te lo cuentan con mucho sentido del humor o con toda tranquilidad, sin querer darte lecciones.
Pero si te dejas, te conviertes en el blanco de una especie de vicio morboso que lleva a la persona que te está hablando del tema a hurgar, criticar, organizar y juzgar hasta más allá de donde moralmente le incumbe.

Y como yo me callo porque no dan opción a meter baza y además este blog no me discute, voy a aprovechar ahora mismo para dejar plasmada mi opinión previa al parto, con la posibilidad que me brinda poder contrastarla con la que será mi opinión después del parto.

No tengo ningún miedo ni ningún problema con la tal epidural. Considero que es una parte más del proceso del parto, que se ha puesto al alcance de toda mujer hace ya muchos años para facilitar un trabajo duro y doloroso como es parir.
Cuando te pones de parto, tu útero que a estas alturas ha aumentado unas 1000 veces su capacidad, se contrae con fuerza para empujar y sacar por un pequeño agujero de unos 10 cms a un individuo que pesa alrededor de 3 kilos y mide unos 50 centímetros.
¿Quién puede asegurar que eso no duele?
Ante el dolor extremo, el cerebro y el propio cuerpo reaccionan de formas muy diferentes, según cada persona. Hay mujeres que soportan mejor el dolor, y hay otras que con un pequeño golpecito o pellizco la lían parda. Si precisamente para dar a luz es fundamental que la madre colabore, ¿cómo lo va a hacer si está bloqueada y paralizada por el dolor?

Si cuando nos sacan una muela, o nos arrancan las amígdalas, se nos duerme, ¿por qué no nos pueden aliviar el dolor con una anestesia local cuando estamos pariendo? ¿Dónde está la diferencia? Esa es mi pregunta, ¿por qué para cualquier otra intervención quirúrgica sí, pero para dar a luz no?.
Esta pregunta aún no me la ha respondido nadie, ¿por qué será?

Y en el otro extremo tenemos a las mujeres que creen que tienen el secreto de la epidural en sus manos y que en sus palabras está tu salvación. Estas tratarán de convencerte por todos los medios de cuándo, cómo y cuánto te tienen que poner.
Lo primero que quiero decir  a este respecto es que la única persona que me ha "convencido" con sus palabras ha sido el propio anestesista, que, me van a disculpar, pero a mi entender es quien realmente sabe del asunto.

El médico anestesista me explica en qué consiste, cómo se administra y cuándo me la van a poner, si yo firmo un consentimiento para que me la pongan, claro está.

Conclusiones después de la visita al anestesista:
* Para empezar, no obligan a nadie a que se ponga la epidural, señoritas futuras mamás, no teman a ese respecto.

* No soy yo quien decide cuándo me la tienen que poner, la comadrona sabe cuándo ha llegado el momento y un equipo de anestesistas se encargará de hacerlo.
Me dicen por ahí que yo la pida a gritos en cuanto llegue al hospital para que me la pongan cuanto antes, y que si no me la quieren poner, llore y patalee y les cuente mi vida para convencerles de que me la pongan antes de tiempo.
Vamos a ver:
1. no tengo ninguna intención de entrar en el hospital y parecer más histérica de lo que ya pareceré con el dolor de las contracciones, los nervios y el miedo que voy a pasar.
2. en serio, NO ES BUENO PONER LA EPIDURAL ANTES DE TIEMPO, PORQUE SE CORRE EL RIESGO DE QUE SE PARALICE EL PROCESO DE DILATACIÓN Y LAS CONTRACCIONES.
3. mamás, dudo mucho que sepais vosotras más que los médicos y las matronas a este respecto...
 
* No voy a ser mejor ni peor madre por parir con epidural.
Creo que lo que estoy siendo es más consecuente, consciente y realista que en toda mi vida. Y me explico:
yo soy de Bilbao, y aunque suene a coña, soy bruta y dura por naturaleza. Soy capaz de caer de morros al suelo con 33 años, partirme un diente y no darle ninguna importancia. No lloro de dolor y, es más, para mitigarlo me suele entrar mucha risa.
A estas alturas de mi vida, podría creer que soy capaz de parir sin anestesia, pero no voy a ser tan cazurra como para hacer la bilbainada de comprobarlo porque sí.
Simplemente porque como no he parido nunca, no sé hasta qué punto llega ese dolor. Sé que se puede soportar, porque mi madre, al igual que millones de mujeres en el mundo, en la vida y en la historia han parido a pelo, han sobrevivido y además han repetido.
Esto me lleva a pensar que no se muere de dolor. Pero sigo teniendo la duda de que mi cuerpo sea capaz de reaccionar a ese dolor de la manera adecuada.
No creo que sea lo mismo aterrizar con los morros en el suelo, que sacar un bebé por el ****, con perdón.
 
Y, sobre todo, reconozco que no sé cómo es dar a luz, no sé hasta qué punto llegará mi miedo, no sé hasta qué punto resistirá mi cuerpo. Sólo sé que quiero hacer todo lo posible para colaborar con el equipo que me asistirá para ayudar al pequeño Don Alberto a salir de aquí en las mejores condiciones posibles.
Si concibo ir al hospital como una necesidad, ¿por qué una vez que esté allí me voy a negar a que hagan su trabajo tal y como llevan décadas haciéndolo?



Me importa mucho más mantener la calma para vivir cada segundo de esta historia que es la primera y por tanto, única e irrepetible.
 
Cabe también la posibilidad de tener un parto de estos que no te da tiempo a llegar al hospital y das a luz en el portal de casa, asistida por un policía y luego viene la tele a grabarte... En ese caso, ni epidural ni leches, a parir a pelo y en tiempo récord.
Pero esta posibilidad, aunque nada descartable, es muy pequeña.
 
Lo más probable es que nos dé tiempo a llegar al hospital y todo transcurra con normalidad.
Y la normalidad para mí consiste en escuchar todo lo que me digan y poner todo de mi parte para que el proceso sea más fácil, más rápido y más seguro.
 
Ah! y reconozco, eso sí, que el pinchazo me da cosa, eh...
 
A la vuelta del parto os contaré cómo ha sucedido realmente, porque eso es algo que no podemos saber nadie, de momento.
 
 

Otra vez andando como E.T.

Me duele la cadera. Igual que al principio, cuando en los dos primeros meses se estaba abriendo el hueso para dar cabida a todo este mogollón que llevo dentro y me era tan difícil moverme estando tumbada, levantarme y andar.

Ayer tuve varios dolores en las ingles, como cuando está por llegar la regla, una presión muy fuerte que se aliviaba al cabo de unos segundos. No, esta vez no eran contracciones, más bien era precisamente el desplazamiento de la cadera, que me ha hecho pasar la noche viendo las estrellas (pero no las de verdad, eso hubiese sido mucho más romántico).

Supongo que estamos haciendo los últimos ajustes para facilitar la salida del pequeño. Está claro, que cuanto más espacio deje el hueso, menos le costará salir: más dolor ahora, menos esfuerzo luego... No tengo ni idea de si esta conclusión a la que he llegado solita es cierta, pero me consuela mucho pensar que lo es.

También llevo dos días que a última hora de la tarde se me hinchan los dedos de las manos como morcillas.
Y sigo teniendo contracciones de vez en cuando.

La semana pasada comencé a tomar a diario infusión de hoja de frambuesa. Me la recomendó nuestra amiga P hace un montón de meses. Pero ojo! la hoja de frambuesa se recomienda tomar SÓLO DURANTE las últimas semanas del embarazo para tonificar y estimular el útero y facilitar su labor en el parto. Como todo, es importante consultarle antes al médico o a la matrona (aunque con este tipo de cosas suelen pasar mucho de todo, porque los temas de herbolario parece que les den alergia) Igualmente, es muy importante consultar, sobre todo si el embarazo está dando algún problema, y fundamentalmente NO TOMAR HASTA LAS ULTIMAS SEMANAS.

Por lo demás, todo sigue igual.  Vuelvo a andar como E.T., pero eso no es ninguna novedad.


jueves, 9 de septiembre de 2010

Ohm...

Asumiendo que las cosas van a pasar cuando tengan que pasar y que yo no tengo ninguna posibilidad de acelerar el proceso, me ha invadido una sensación de calma desconocida para mí en el pasado.

Tengamos en cuenta que soy una persona que necesita estar organizada y tener las cosas más o menos bajo control. Adoro el poder de la improvisación y me encanta innovar y saltarme lo planeado justo en el último momento, pero en cosas serias, sobre todo en el trabajo, llevo muchos años funcionando sobre una base que intento que sea lo más estable posible.
Y el trabajo es tan importante para mí que tiene mucho peso en mi vida, de hecho es difícil saber dónde está la frontera, y durante todos estos meses, el trabajo y mi embarazo han sido contrincantes cuerpo a cuerpo.

Cumplir las fechas y los plazos es algo fundamental para poder estar organizado. Por eso me sorprendo tanto cuando al habernos pasado de la "fecha prevista para el parto" me veo tan alegre y tan tranquila, dándole al pequeño que está por llegar toda la libertad del mundo para que él decida cuándo es el momento de regalarnos su presencia.
Evidentemente, no me queda más remedio, yo no puedo modificar esta situación y lo que he de hacer es asumirlo, relajarme y esperar tranquila.
Y comenzaba a escribir esta entrada precisamente porque me encuentro ahi, asumiendo los ritmos vitales que yo no puedo controlar, y además haciéndolo de buen grado y con gusto.

PERO??? Sí, hay un pero... Con qué dificultad añadida me tengo que encontrar cuando más relajada y despreocupada debería  estar? Con que cuando necesito de la colaboración de otras personas para que todo funcione, es imposible llegar tranquila al parto...
¿Por qué cuándo más ayuda necesito, es más difícil encontrarla? Entiendo perfectamente que las otras personas tienen sus cosas y sus motivos y sus razones de peso y yo no puedo discutirlo, sólo puedo resignarme y aceptar el hecho de que justo ahora, que necesito su ayuda real no están para prestármela. Aceptarlo así, sin reproches ni nada, con una sonrisa y diciéndoles: "oh, lo siento, bueno, no te preocupes, no pasa nada..."

Pero sí pasa, pasa que siento: "ojalá no me hiciese falta nada ni nadie", "ojalá todo fuese de otra manera y no tuviese que pedir ayuda", "ojalá no tuviese que preocuparme más mientras siga embarazada", "ojalá pudiese estar del todo tranquila"... y sobre todo: "Quiero parir yaaaaaaa...." :(((

....

Y así, tengo que coger aire, y dejar que pasen las horas para poder tomar una decisión con claridad, tranquila y sin agobiarme...
Pasan las horas, actúo de la única manera que me puedo permitir "oh, lo siento, bueno, no te preocupes, no pasa nada..." y sigo trabajando buscando otras soluciones. Afortunadamente, si no me rindo las encuentro y después de llevarlas a cabo puedo volver a disfrutar de la calma de la que hablaba al principo de esta entrada.

Pero como todo en esta vida, no es fácil y conlleva trabajo y esfuerzo.

Voy a dejar que pasen unas horas, actuaré y esperaré que vuelva la calma con los brazos abiertos.


miércoles, 8 de septiembre de 2010

Salidos... de cuentas

A día de hoy: 40 semanas + 4 días

Hace justo una semana tuvimos cita en el médico para enchufarnos el monitor, un aparato que consta de dos discos con forma de pastilla de jabón que te colocan sobre la tripa para medir los latidos del bebé y su reacción a tus movimientos o contracciones si las hay.
Todo en orden, el bebé súper despierto a las 10 de la mañana y yo sin novedades.
Despues de estar 20 minutos conectada al aparato, la ginecóloga me citó para volver esta semana si no hubiese dado a luz antes.
Hoy han vuelto a enchufarnos, otros 10 minutos, esta vez con posterior y dolorosa exploración, ayyyy...

Según la médico, no hay indicios de que el pequeño vaya a salir en estos días. Una vez más, las recomendaciones de rigor para facilitar el parto: caminar mucho y mantener relaciones sexuales.

Si no hay cambios, el día 13 volveremos y si no pasa nada antes del 16, se programará la inducción al parto.

A estas alturas lo único que puedo decir con toda seguridad es que no tengo ni idea de cuándo ni de qué va a pasar ni cómo van a transcurrir estos días.

Sigo teniendo contracciones por la tarde/noche, pero por lo visto, todo lo que suponen es un bonito y útil entrenamiento.


Nos habíamos organizado con el trabajo para tener una semana tranquila, pero se nos acaba el plazo programado y nos tenemos que volver a organizar.

R trabaja por las tardes y desde el lunes le han cambiado el turno para ir por las mañanas y estar cubierto en caso de emergencia. Además los jueves por la noche llevamos una sesión de música en una discoteca y aquí vienen los dilemas. La semana pasada la noche quedó cubierta y R pudo estar libre, pero para este jueves si hubiésemos parido en el plazo, pensamos que R ya podria ir sin problema. La cuestión es tener un dj que cubra la noche para que R pueda venir a casa antes si es necesario y así descanse todo lo posible para estar bien en forma en el momento de ir al hospital.
Al final hemos podido volver a organizarlo todo, pero visto lo visto, ampliamos una semana más el "dispositivo de emergencia".


Aprovecho para dejar comentado algo que R me recordaba hace un par de días:
cuando supimos que me había quedado embarazada y dedujimos cuándo había pasado, según nuestras cuentas, sin conocer aún cómo calculan los médicos las semanas de embarazo, nos salía que seríamos papás para el 13 ó 14 de septiembre, casualmente coincidiendo con el cumpleaños de mi madre.
Tal y como van las cosas, es probable, que la cuenta de la vieja que hicimos en su momento sea la que más se acerque a la fecha real del parto.
Dejo constancia de este dato con la incógnita de si estábamos o no en lo cierto.

Se admiten apuestas!!! :DDD


El síndrome del nido

Dicen que cuando estás a punto de dar a luz entran unas ganas incontenibles de limpiar la casa, preparar la habitación del niño, pintar las paredes y todo aquello que implique "poner a punto el nido" para el nuevo inquilino que está por llegar.

Creo que he pasado por el síndrome del nido ya 3 veces y el pequeño sigue sin estrenarlo...

Hace 2 semanas me empleé a fondo con la que será su habitación. Habitación compartida con sus papás, claro, porque un armario empotrado de tres puertas para uso exclusivo de un pequeño de 50 cms me parece exagerado. Pero sí que hemos dejado una bonita estantería blanca para sus cosas, que de momento ocupan muy poquito. Todas esas cosas, sus primeras ropitas y zapatitos, mantitas, sábanas y primeros peluches, que antes estaban acumulándose en nuestra habitación ya tienen su propio espacio. Ese día según me levanté, cogí la escoba, la fregona y el trapo de quitar el polvo y le dí un buen repaso a toda la casa. Cuando ya tenía todo reluciente, me metí en esta habitación y desalojé y reubiqué las cosas nuestras que andaban todavía sin sitio despues de la mudanza y despejé todo el espacio necesario para colocar las pertenencias del pequeño Don Alberto.

Bien, pues después de ese día han pasado dos semanas y dos días sin novedad hasta anteayer, que me dió un "ataque de trapo" mucho más fuerte y no dejé un centímetro de la casa sin brillar como los chorros del oro. Y al día siguiente, como las abuelas, me dio por "limpiar sobre limpio".
Cuando llegamos a vivir a este piso yo ya estaba embarazada de 4 meses y, por ser muy bajos o por ser muy altos, todavía había espacios que eran inaccesibles para mí. Anteayer perdí el miedo a todas esas dificultades y ni altos ni bajos, me agaché, me estiré, me subí al taburete (con mucho cuidado, eso sí) como si tuviese una cintura de avispa y la agilidad de un felino.

Ya podemos decir que he experimentado el síndrome del nido. Sí, me he puesto a limpiar la casa como una loca. Ahora veremos cuánto tiempo tiene que pasar hasta que venga el pequeñín a estrenarlo. De momento, cre que aún me da tiempo a terminar esas fundas para los cojines del sofá que tengo aparcadas desde hace más de un mes.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Con la risa tonta...

... ayer salía de cuentas.
Es una cosa muy rara... Si ya hace tiempo llegué a la conclusión de que esto de estar embarazada es, en general, una cosa muy rara, rara, rara... jejeje, la sensación que tengo ahora, que estamos a expensas de que el pequeño habitante de aquí dentro se decida  salir, es algo realmente nuevo, que no podria comparar con ninguna otra emoción que haya sentido antes.


Por un lado, como decía en el post anterior, está la incertidumbre acompañada del sentimiento de que se agotan las fuerzas de tanto esperar... Pero de repente, llega el día en que sales de cuentas y te re-descubres con una emoción y una ilusión que te hace volver a empezar en esta sucesión de horas, dias y noches de espera con energía renovada.


De hecho, hum... yo lanzo la propuesta: y aprovechar el proceso del embarazo como fuente de energía renovable??? Con este ir y venir de sensaciones y emociones, a lo largo de 9 meses, se crea e invierte una cantidad de energía que no es nada despreciable, eh.... Yo lo aviso. :)))


Pues eso, que aquí estamos, con la intención de descansar para llegar con fuerzas y sobre todo con mucha tranquilidad ante el imprevisible momento en que algo nos indique que el pequeño Alberto ya quiere salir.
He estado en activo, trabajando hasta cumplir las 39 semanas. Pero hace una semana el cuerpo me dio "el aviso" de que había llegado el momento de parar. Llevaba un par de días con molestias en la barriga, un pelín aturdida, y agobiada por motivos de trabajo hasta que el lunes pasado me desperté con décimas de fiebre y dolor en todas las articulaciones, como si estuviese cogiendo una gripe. Pasé todo el día en cama y anulé todos los compromisos. Al día siguiente me encontraba ya perfectamente, pero sabía que no debía retomar el ritmo, ni ciertos asuntos de trabajo que me estaban tocando bastante los ovarios. Desde entonces he descansado mucho, y he desconectado del todo. Me siento muchísimo mejor, peeeero he andado muy poco, y lo que precisamente necesito ahora es andar para "ayudar" al pequeño a salir. Así que desde hace dos días he aprovechado cada visita de mis amigos y cada rato que he tenido con R para darme unos buenos paseos.

Ahora me siento estupenda, físicamente fuerte para recibir el momento tan esperado.
Y emocionalmente, tranquila, como para hacerme sólamente cargo de las personas y las cosas verdaderamente importantes.

De hecho, sigo sacando conclusiones y con esto de ser madre, empiezo a ver con claridad que he sido de las personas más tontas del mundo y me he dejado "mangonear" por gentes que han pretendido que cuidase de ellas y estuviese pendiente de sus movidas hasta hace muy poco, sin respetar mi embarazo y todo lo que eso conlleva. Pues grave error, queridos/as.  A tomar por culo!!! y sin despeinarme, una cosa está muy clara: aunque haya tenido la oportunidad de decirles 4 cosas bien dichas en su momento y no haya podido hacerlo porque estaba demasiado abrumada por tanta mezquindad, arrieritos somos y en el camino nos encontraremos y quien no ha respetado mi embarazo no me respeta a mí, con lo cual, esa persona desaparece ipsofacto de mi mapa de personas queridas y/o importantes.

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Y cambiando de tema, hablando de todo un poco, creo que no lo había comentado aún, pero la "bolsa de ir a parir" lleva preparada tanto tiempo que ya pesa muchísimo, porque sigo metiendo cosas para cubrir el "por si acaso" jajaja!
Estoy casi segura de que una vez en el hospital no me harán falta ni la mitad de las cosas, peroooo... jajaja! como decía, "por si acaso"... mujer precavida vale por dos, dicen... Pues en mi caso, con lo precavida que soy y lo que he engordado en el embarazo creo que ya valgo por 4!!!

He encontrado una página de ropa retro para señoras embarazadas y por un momento me he vuelto loca pensando "Ay, mi madre! lo que he encontrado! A estas alturas!!!" pero ha sido una falsa alrma. Realmente no es para tanto, una pena, aunque de aquí sacamos una nueva conclusión: estar preñada y ponerse mona sigue siendo muy complicado....

Por cierto, tengo que hablaros un día de mis dilemas y estrecheces con la ropa a lo largo de estos meses... :S










viernes, 3 de septiembre de 2010

La palabra: Incertidumbre

Durante la mayor parte del embarazo, la incertidumbre ha sido protagonista entre todas las cosas que se sienten estando embarazada.
La incertidumbre hasta saber si es niño o niña, si todo irá bien, cómo se presentará el momento del parto, cómo será la vida después...

Sólo falta un día para salir de cuentas. Mañana, sábado 4 de septiembre de 2010, es la fecha prevista para el parto, o FPP tal y como lo manejan los médicos.

Y ahora mismo, no me hago a la idea de que pasado mañana Alberto vaya a estar con nosotros. Hace una semana tenía la gran sospecha de que estaba a puntito de llegar en cualquier momento, pero se me ha pasado.
Tal vez mi personalidad inquieta e impaciente, ha conseguido que esté demasiado cansada como para seguir tan a la espectativa.
Creo que ya lo único que me queda por hacer es esperar. Sí, ya sé que esperar no es poco y que se puede esperar de una manera activa o de forma pasiva... Pero lo que siento es cansancio, ha sido tan largo todo este proceso que se me han agotado las fuerzas. Tengo tantísimas ganas de ver a este pequeño rey que llevo aún dentro, que me siento incapaz de intuir su llegada.

Y además, ahi está la posibilidad de que se retrase, es imposible saber cuándo va a venir!!!
Nos hemos planificado para estar más o menos descansados y organizados en estos días, pero la vida una vez más se pasea ante tus narices con esa chulería de tener el destino en sus manos y poder manejarlo a su antojo, sin darte la opción de saber si te has organizado de forma correcta o no...

Hablando de intuición, hace cosa de dos meses, por diferentes síntomas, tanto míos como del bebé, estaba casi convencida de que se presentaría aquí antes de tiempo... pero fallé. :)
A estas alturas se hace muy raro pensar que sin previo aviso, de repente, llegarán las primeras contracciones, o la rotura de aguas, o lo que sea primero que vaya a pasar.

Incertidumbre, esa palabra que tanto nos acompaña en un proceso tan importante en la vida como es tener un hijo.



Os dejo esta maravillosa fotografía que nos hizo Marya García la semana pasada.

jueves, 26 de agosto de 2010

Recomendación

He encontrado estos dos blogs que me gustan bastante, a un nivel medio, ni sensiblones ni demasiado estrictos, con sentido del humor y sin tapujos.
Sí, me han gustado:

* "Si no fuera una persona, sería una multiprocesadora"


* "El Blog de la Insomne"

De la oferta que supera a la demanda

Si no lo leo, no lo creo... Y aún leyéndolo me cuesta creerlo...




Contador de contracciones para tu Iphone o Ipod touch
Contraction Tracker v1.1
Esta aplicacion es muy simple, fácil de usar y confiable y muy ùtil para el final del embarazo.


La contracción Tracker proporciona a las Mamás gestantes una forma de tiempo y un seguimiento de sus contracciones durante el parto. Las contracciones son por tiempo, grabado y guardado, clasificados en las diferentes fases, y se representa en un gráfico de modo que lo puedas ver a simple vista si o no se puede progresar. Tiene una alerta que te permite saber cuándo hay que tomar las medidas cuando es tiempo de dirigirse al hospital.


Características principales:
• Almacena todos los datos de contracción de la mano de obra en una vista de la historia


• Permite que los datos que se enviará por correo electrónico para el almacenamiento en cualquier momento


• Clasifica las contracciones del parto en la fase del embarazo se encuentra en la primera etapa de labor de parto


• Las banderas valores extremos posibles (o puntos malos de datos) para que pueda decidir si desea mantenerlos


• Compatible con supresión de puntos a través de la norma el modo de edición, así como deslizar eliminar


• Listas de Parcelas para indicar a primera vista el trabajo o no está progresando


• Alerta al usuario para que puedan decidir cuando es tiempo de dirigirse al hospital


• Permite a los usuarios cambiar la configuración predeterminada


• Presenta la opción para rellenar automáticamente el programa con datos de la muestra cuando el usuario mueve el dispositivo en la configuración

Descargo de responsabilidad:
El Rastreador de contracción no pretende ser un sustituto de asesoría profesional y no debe ser utilizado para cualquier diagnóstico médico. Los valores de la duración e intervalo son buenas medidas para indicar cómo están progresando la labor de parto, pero otro factor importante es la dilatación del cuello uterino real. Sólo su médico médicos serán capaces de transmitir esta información a través de un examen físico.



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Una de las cosas que sigo sin asimilar ni aceptar con simpatía a estas alturas del embarazo, es el apabullante circo de las ofertas para mamás de "la gran industria del mundo infantil".
Sobre todos los aspectos del embarazo, el parto, la lactancia y la cría del bebé se construye un abanico de posibilidades que supera, a mi entender, las necesidades que se tienen en estos años de vida.

Desde la sofisticación más absoluta en cuanto a cochecitos, sillas, cunas, biberones, chupetes, bañeras... y todo tipo de muebles, vehiculos, ropa y artilugios para recién nacidos, la invasión de productos de alimentación hechos a base de polvos y fórmulas químicas, las interminables gamas de leches, potitos y pañales, los "inventos" sin los cuales parece que no puedes ser madre (sacaleches industriales, humidificadores con ultrasonidos, esterilizadores de última generación...) hasta el gran negocio de las terapias y actividades "para embarazadas": preparación al parto natural, pilates para embarazadas, yoga para embarazadas, siatshu para embarazadas, masaje para embarazadas, gimnasia para embarazadas...
Sea como sea, común o alternativa, toda terapia o actividad que lleva la etiqueta "para embarazadas" multiplica su precio por 3 en comparación con las que no llevan la etiqueta y pueden ser perfectamente realizadas por y para embarazadas.

De hecho, todo este circo de los catálogos de la industria relacionada con la maternidad tienen su punto negro en su precio, que supera con creces las posibilidades de cualquier madre normal, con un nivel de vida normal. Aún así, te lo intentan vender de tal manera, aprovechando el atolondramiento común del embarazo, que por momentos llegas a creerte que vas a ser peor madre por no tener un sacaleches último modelo o no vestir a tu bebé con prendas Eco100%algodón.

Por suerte, lo mejor que nos puede suceder ante esta invasión de "ofertas" de productos caros (y, en la mayoría de los casos, innecesarios) es no tener dinero suficiente para comprarlos.
Sí, queridos amigos, el que no nos sobre el dinero nos ayuda mucho a dejarnos de tonterías, como pensar que necesitamos un aparato que cuente las contracciones por nosotras o una sillita que se pliega como un paraguas y que es capaz de conducirse sola con nuestro niño dentro... por ejemplo.



miércoles, 25 de agosto de 2010

Ooooops!!!

El domingo, hace ahora tres días se me hincharon los pies...


... y las manos...



Amanecí con cara de caballo y a mediodía, dando un paseo por Alcalá de Henares tuve las contracciones más fuertes que he sentido hasta el momento. Me dieron unas ganas terribles de ponerme en cuclillas en medio de la calle!!! R insistía en que fuesemos al coche para volver a casa, pero preferí andar un rato más hasta que nos sentamos en una terraza y todo se pasó...

Desde el domingo, tengo contracciones todas las noches...

Pero aquí seguimos, y Don Alberto ha decidido que no sale todavía...

jueves, 19 de agosto de 2010

38 semanas (y toda la verdad)

Mañana cumplimos 38 semanas de embarazo.
Conclusión: faltan 2 semanas de "salir de cuentas", pero el pequeño ya se puede presentar aquí cuando le plazca.

Sí, esto crea una sensación rara rara rara, como, como... hum... no sé, una mezcla de súper ilusión, nervios, alegría desbordada, curiosidad, esperanza y cómo no, pánico!!!!! jajaja!

Este último mes está siendo sin lugar a dudas EL MEJOR. El mejor, el mejor, el mejor con diferencia de los 9 largos meses de embarazo. Aunque esté cansada, me duela la cadera y me sienta como un tonel, estoy TRANQUILA, POR FIIIIIIN!!!!!!
Los 3 últimos meses han pasado taaaan despacio y me he visto taaaan afectada por la revolución hormonal, que aquello de "disfrutar del embarazo" ha quedado como una de las grandes mentiras de esta sociedad y un cuento chino.

Pero desde hace un par de semanas lo veo todo más fácil, real y cercano, estoy más centrada en el bebé y en lo que pasa en mi cuerpo, además el pequeño no para de moverse, como avisando: "eh, estad alerta, que en cualquier momento salgo de aquí!" y a la vez me ha invadido una agradable sensación de calma, con la seguridad de que todo va a salir bien. Y sobre todo, la certeza de que ahora sí, AHORA ya "no queda nada".

En Junio quedaba todavia muuuucho, pero ahora ya queda poco. Que los meses, cuando una está preñada, insisto, pasan muy despacio. Y es así, lo digo por todos aquellos que insisten cuando estas todavía a mitad del embarazo en que ya no queda nada, que ya está aquí... No señores! queda mucho! y se hace muy largo! por favor, dejen de intentar que nos hagamos ilusiones, y hacernos pensar que somos unas impacientes y que no nos enteramos de nada, por amor de dios, que nos tratan a las embarazadas como si fuesemos idiotas!

En fin, que yo me encuentro estupendamente. Muy cansada, eso sí, pero con fuerza, mucha fuerza y con muchas ganas. Tengo más ganas de ser madre que de cualquier otra cosa en la vida.
Durante el embarazo me he tenido que replantear un sinfín de cosas, de la vida, de mi trabajo, de mis relaciones... y he podido cambiar poco a poco aquello que ya no tiene sentido ni cabida.
Dicen que ser madre te cambia la vida: POR SUPUESTO!!! Porque también cambia tu perspectiva hacia el exterior, y es maravilloso. De repente me he visto fuerte y segura para pisar el camino adecuado, e intentar dirigirme hacia el futuro que ahora quiero, que no es el mismo que quería hace un año. He sido capaz de tomar distancia y calma ante las cosas, para no tomar decisiones precipitadas, y cuando por fin las he tomado, he estado más segura que nunca de que estaba haciendo lo correcto.
Sé lo que quiero y cómo lo quiero, y no me sirven imitaciones. Por fin veo la luz, despues de muchos meses de incertidumbre y de una espesa niebla que no me dejaba pensar ni decidir con claridad.

Como decía, la revolución hormonal me ha afectado mucho en el embarazo. También los cambios físicos, porque me ha resultado muy difícil adaptarme a los cambios que he tenido que realizar en mi trabajo, el no poder estar físicamenrte al 100% ha sido una de las cosas para las que yo no estaba preparada, y se me ha hecho duro, muy duro. Esta necesidad de cierta inactividad, esta ruptura de mi ritmo, me ha hecho polvo, y no he sabido reaccionar a tiempo.


Todo esto lo podemos sumar al miedo con el que me ví cara a cara cuando ya estaba embarzada de 5 meses. Durante el 5º, 6º y 7º mes he vivido en un estado permanente de inquietud, de dudas, de miedo, de desesperación. Porque de repente me he visto a mí misma, preñada, diciendome: "pero por dios, qué he hecho?????".
Aunque ser madre, como en mi caso, haya sido lo que más deseaba en la vida, el deseado embarazo me ha hecho pasar más miedo ante el futuro y la labor de ser madre que cualquier otra cosa en mi vida. Y, claro, te sientes la peor persona del mundo por pensar esas cosas y el sentirte así sólo te lleva a desesperarte aún más...

En el 6º mes me preocupaba muchísimo que mi estado de nervios y de ansiedad pudiesen afectar al bebé. Pedí ayuda, me quejé, lloré y le conté a todo el mundo cómo me sentía, y sólo llegué a una conclusion: nadie puede ayudarte.
No puedo comparar la desesperanza que sentía con ninguna otra cosa que haya pasado en mi vida.
Me sentí mal, sola, deprimida, pesimista, asustada, con la sensación de haber cometido el mayor error, de que mi vida se iba a pique, con la seguridad de que no iba a ser una buena madre para el bebé.

En el 7º mes, una mañana tuve que ingresar en urgencias, con mucho dolor en la barriga provocado por unos nervios que no conseguía quitarme de encima.
Cuando me atendieron me dijeron que había llegado al hospital con contracciones. Lloré y lloré y lloré, porque sentía pánico ante el daño que eso pudiese hacer al bebé. Me atendieron con toda la dulzura y la amabilidad del mundo y me dieron un gran consejo, el gran consejo de mi embarazo: preocúpate por ti, que el bebé ahí dentro no se entera de nada, tú y tu cuerpo os estais encargando de que él esté bien y no le falte de nada, así que cuidate para estar tú bien.

Y poco a poco me fui dando cuenta de que durante esos meses, me había aislado tanto en mí, en el embarazo y en mi embudo vital, que hasta me había alejado de alguna manera de mi marido, la persona que más quiero en el mundo y quien sabe realmente cómo ayudarme a ser feliz.
Y así, encontré la fórmula para salir lentamente de este malestar: escucharle y refugiarme en él, le pedía que me contase una y otra vez cómo se sentía, cuánta ilusión le hacía ser papá, cómo nos imaginaba en el futuro... Dejé de pensar en cosas abstractas de la vida, para no perder un segundo lejos de él, dejandole que me hiciese reir, abrazándole y teniéndole cerca todo el tiempo posible.
Y gracias a él he podido seguir adelante, recuperar la ilusión, la alegría y la calma.
 
En mi caso, ha sido así. Soy consciente de que no todas las mujeres que pasan un embarazo anímicamente difícil, tienen un gran marido a su lado, y lo lamento, muchísimo. Una vez más quiero decir que las madres que están solas tiene el mayor valor de todas las personas del mundo. No es fácil estar embarazada, y no es fácil saber estar sola.
 
Pero cuando el papá de la criatura está cerca y está por la labor, es el amparo más grande ante todas las dificultades, las dudas y los miedos.
 
 
 
Por fin puedo contar todo esto, porque ahora puedo hablar de ello en pasado. Ha sido muy duro y muy difícil pero con todo, nunca he perdido las ganas de ser madre.
Y, como ya he dicho en varias ocasiones, no quiero olvidar todo esto despues de dar a luz.
No me parece justo ocultar estas cosas tan desagradables pero tan reales a otras futuras mámás, tal y como a mí me las ocultaron.
Sé de sobra que no soy la única madre que se ha sentido así, pero por algún motivo que desconozco, no se cuenta, no se dice, es tabú.
 
Nos siguen engañando, dandonos a conocer sólo una cara del embarazo, que no es la única. Por supuesto que estar embarazada es maravilloso, es un milagro, es algo que no se puede comparar con nada!!!
Pero también es duro. Y dependiendo de cómo sea cada persona, lo puede llevar mejor o peor.
Hay mujeres que sí, disfrutan de su embarazo y lo consideran la mejor época de su vida, y me alegro infinitamente por ellas.
Pero, por favor, no nos olvidemos de que otras mujeres sufrimos por miedo, por nervios, por dudas que nos superan.
Hágannos caso por favor!!! Basta ya de aquello de "bah, eso es normal", "eso le pasa a todo el mundo", "tú tranquila que ya no queda nada" o peor aún: "todo eso son tonterías" 
 
 
Me hace sentir muy bien contar todo esto, porque es la realidad y no me gusta engañar a nadie.
He tenido y tengo también un gran aliado: mi sentido del humor. Tantas cosas que le pasan a una estando embarazada tienen un punto cómico insuperable y afortunadamente he sabido reirme de mí misma en la mayoría de las ocasiones.
 
Y la gran conclusión que saco es que, como siempre, el tiempo es el que tiene el poder en sus manos.
Yo misma he tenido que esperar a que pasase el tiempo, a que fueran avanzando estos largos meses, para que todos mis esfuerzos por estar bien diesen resultado.
Hace dos meses, todo me parecía muy difícil, ahora mismo, vuelvo a tener esperanza.
 
No es un pecado sentirse mal, llena de miedo y dudas cuando se tiene la gran responsabilidad de traer un bebé al mundo, porque es un gran trabajo y conlleva un gran esfuerzo.
 
 
NO SE NOS OLVIDE A NADIE, NI A LAS PREÑADAS NI AL RESTO DE LA HUMANIDAD:
Una mujer embarazada es lo más valioso, lo más grande, lo más importante y, a la vez, lo más frágil y delicado del mundo.
 
Muchas gracias.
 
 
 
 
 

lunes, 16 de agosto de 2010

De todas las leyes de la física...

... creo que ninguna funciona cuando estás embarazada.

Una de las cosas que más me sorprende de este estado de gracia, es que la barriga pesa.
Sí, conozco la cara que se suele quedar a mis queridos contertulios cuando digo esto. Pero es verdad que antes de encontrarme unida a este apéndice (que ya pesará alrededor de 9 kilos...) yo pensaba que la barriga del embarazo era algo así como la cabeza... o el culo... los llevamos ahí pegados toda la vida pero habitualmente no notamos su peso.

Pero sí, pesa... y vaya si pesa. Que se lo digan a las caderas... y a las rodillas! que están organizando una macrofiesta para cuando hayamos dado a luz y todo vuelva a estar en su sitio.

Ahora también se nota mucho más el peso cuando estoy tumbada. Darme la vuelta en la cama, requiere una gran concentración, paciencia y destreza. Ya no es como al principio, que me tenía que ayudar haciendo fuerza con las manos agarrándome fuerte a la cama para poder girar. Ahora la maniobra se realiza haciendo fuerza con todo el cuerpo. Y, muy importante, intentando no poner la tripa dura, porque la sensación de que el pequeño vaya a salir disparado por el ombligo es terrible y puede herir la sensibilidad de la futura madre.

Y, como ya sabemos, los libros y las "enciclopedias del embarazo" recomiendan no tumbarse boca arriba cuando se está embarazada, porque se puede presionar la vena cava, y dificultar el riego y bla, bla, bla, bla, bla.... No dudo que se presione la vena cava y todas las demás venas del cuerpo, pero creo que el riesgo más evidente de tumbarse boca arriba es morir asfixiada por tu propio bebé.

Otra de las misiones "casi" imposibles es agacharse. No saben lo que dicen aquellos inconscientes que te aconsejan agacharte doblando las rodillas. JA JA JA! Disculpen que me ría, pero ¿¿¿doblar las rodillas e intentar que éstas soporten el peso de la barriga y el extra del culo??? Lo dicho, disculpen que me ría, jojojojojojojojo!!!

Y agacharse de la manera "incorrecta", es decir, doblando la cintura y echando el tronco hacia adelante, pues posiblemente no sea lo más aconsejable para los riñones, pero al menos es posible llevarlo a cabo. Aunque por algún extraño efecto físico, cuando me agacho hacia adelante, siento que me estalla la cabeza...

Así que desde hace ya unos meses, todo aquello que está por debajo de la altura de las caderas, no existe.
Precisamente, en esta época, en la que entre tantas otras curiosidades, una tiene la habilidad de tirar sin querer al suelo casi absolutamente todo.

También queda distorsionada la percepción real del espacio y las distancias. Creo que no queda ninguna pared ni ningún marco de la casa contra el que no me haya estampado cuando iba andando decididamente por el pasillo. Lo mismo que la cantidad de gente a la que he arrollado y empujado, SIN QUERER, mientras caminaba por la calle. Si me veis por ahí, intentad no pasar demasiado cerca de mí....


jueves, 12 de agosto de 2010

La antibelleza se ha instalado en mi vida

Estoy hecha unos zorros. Me he mantenido bastante "decente" estos meses de atrás pero a 8 meses y una semana de embarazo estoy alcanzando mi punto álgido de antiglamour y antihermosura. Y he de decir que ME DA IGUAL.
Estoy cansada, falta de sueño, no paro de sudar, se me ponen pelos de loca de tanto intentar recogérmelo, ando con torpeza y estoy engordando... qué le vamos a hacer???? Si no me permito ahora estar horrible, nunca voy a hacerlo.

En serio, sé que por mucho que esto degenere, queda muy poco para que termine.

Y al fin y al cabo, estoy bastante cansada y este último mes de embarazo la barriga crece tantísimo que ya no puedo con el peso.
Me entra mucha hambre y necesito pasar mucho tiempo descansando. Teniendo en cuenta que en todo el embarazo no he podido descansar apenas, creo que ha llegado mi hora. Y si me tiene que engordar el culo, que me engorde, pero al menos que pueda soportar el peso de la tripa.

Soy consciente de que cuando pasan las horas malas y me arreglo un poco y salgo a la calle, no es para tanto, pero mientras estoy en casa intentando descansar siento que me he convertido en una especie de animal orondo y torpe.

Y pensar que algún día yo usaba tacones y vestidos ajustados!!!

Insomne perdida

Y a qué viene ahora este insomnio???
Llevo 4 noches durmiendo fatal y poco, muy poco! Con razón durante el día estoy muerta de sueño, pero llega la noche y nada, no duermo... y si duermo me despierto de madrugada y paso horas sin poder volver a coger el sueño.

Son las 3 y media de la mañana, me he acostado hace casi 4 horas, y aquí estoy, por lo menos entreteniéndome escribiendo esto, porque no pegar ojo y estar dando vueltas en la cama es insoportable.

Y la cuestión es que no estoy nerviosa, ni preocupada, ni siquiera hace demasiado calor como para no poder dormir, qué va! Todo lo contrario, me acuesto agotada y la mar de tranquila, como para poder dormir como un bebé toda la noche..  pero no, de repente y sin motivo aparente me despierto y me desvelo o ni siquiera soy capaz de quedarme dormida.

Con lo incómodo que es además a estas alturas estar tumbada y darse la vuelta en la cama... que la tripa pesa tanto que parece que la tengo llena de piedras! Me acuerdo muchísimas veces del cuento de los 7 cabritillos y el lobo y en el espeluznante final en el que al lobo, mientras dormía, le abrían la tripa y se la llenaban de piedras... Ahora sé perfectamente lo que pudo sentir el miserable lobo, pobre animal!!!

Y lo peor es que no me deja de rondar por la cabeza esa "amable" frase que te repiten tanto durante el embarazo (estoy segura de que con ánimo de joder): "duerme ahora que cuando nazca ya sabrás lo que es no pegar ojo..."
Pues gracias por el aviso, gracias por recordarme que si ahora estoy jodida porque no descanso, en menos de 4 semanas estaré mucho más jodida aún...

Me preocupa que esta situación no mejore porque a este paso voy a llegar agotada al momento del parto!
Y me he propuesto descansar estas últimas semanas para reunir fuerzas precisamente para estar fuerte cuando llegue ese momento, pero si esto no mejora no va a servir de nada.

En fin, voy a ver si hay suerte y puedo dormir un rato. Os contaré...




Y PARA COLMO LEO QUE EL INSOMNIO PROVOCA SOBREPESO! O_o

lunes, 9 de agosto de 2010

Las cosas que no y las que sí

Entre todas esas supuestas calamidades que nos cuentan como ineludibles durante un embarazo, a 8 meses y casi una semana puedo ya hacer una lista de las cosas que "se supone" que me deberían haber pasado, y que no, fíjate tú por dónde, no las he vivido, las he vivido muy poco o no sé ni lo que son:

* ¿Se te han hinchado YA los pies? Me han insistido tanto con esta pregunta que acabaron convenciéndome de que estaba condenada a acabar con las piernas como un elefante. Pero la realidad es que a estas alturas, embarazada de 8 meses y una semana en pleno Agosto en el centro de Madrid, a temperaturas que rondan los 30º... NO, no se me han hinchado los pies. Muy de vez en cuando un pooooco, pero se pasa en cuanto pongo los pies en alto.

* ¿Te han salido ya estrías? Hasta hace un par de semanas la respuesta era NO. Ahora mismo he de reconocer que las cosas han cambiado, aunque no mucho: me han salido DOS. Ya, ya lo sé, debería tener la piel del culo, el pecho y la tripa hechos un asco, peeeero, lo siento, sólo me han salido dos.

* ¿Qué tal llevas las cisititis? ... Perdón??? Desde que me quedé embarazada no sé lo que son. Y eso que hace unos pocos años batía mis propios records estando enferma cada dos por tres.

* Vómitos: he vomitado exactamente cuatro veces. Dos de ellas fueron espectaculares, eso sí, pero nada más.

* Mareos: sí, el 30 de diciembre de 2009, cuando sospeché que podría estar embarazada. Despues de aquello, nunca más.

* Naúseas: durante los primeros 3 meses, las nauseas eran tan habituales que ni molestaban, la sensación de haberme tragado una anguila y tener la cola asomando por la garganta era algo tan cotidiano que llegué a acostumbrarme. Ojo, que fuese cotidiano no significa que fuese agradable, tampoco nos pasemos...

* Estreñimiento y almorranas (con perdón): No, gracias...

* Ardor de estómago: despues de engullir media pizza familiar con queso de cabra, pesto y aceitunas, un perrito caliente con cebolla, ketchup y mostaza y un batido de vainilla.... sí, un poco.


Y esas son "las cosas que NO", pero no nos olvidemos de "las que SÍ", esas que nadie me había contado y que han proporcionado la chispa de comicidad a esto de estar preñada: de algunas ya os he hablado, pero hay novedades...

# Aturdimiento: hasta este último mes, he tenido dificultades para ver y escuchar de forma clara y nítida. Era una sensación parecida a tener resaca, pero sin dolor de cabeza: de pronto parece que todo el mundo te habla más bajito, y en cambio el ruido de ambiente es ensordecedor. Mantener una conversación a un volumen normal en un ambiente normal (por ejemplo, la calle) conlleva un esfuerzo importante.

# Olvido: "a por qué había venido?", "qué te iba a decir?" es el pan de cada día. Estos olvidos te obligan a pensar más de la cuenta y también a caminar el doble cada vez que vas a buscar algo. Aaaayyyy y la facilidad para perder el hilo de la conversación que estás manteniendo en este mismo instante, eh? Por cierto, eh... qué estaba diciendo???

# Sudoooooooor!!! En la vida había sudado tanto!!! Soy como una fuente!!! Y por el cuello (¿¿¿???... No recuerdo haber sudado por el cuello en la vida!)

# El pelo y las uñas toman sus propias decisiones: al principio del embarazo estaban hechos una pena, hacia la mitad del embarazo echaron a crecer de una manera desmesurada y con una fuerza y un lustre envidiables! Desde hace cosa de dos meses, han dejado de crecer.

# El volumen de saliva sigue en aumento y ya no es sólo aquello que os contaba de escupir sin querer a todas horas, sino que ya hablamos de otras, ejem, situaciones, ejem... como despertarme completamente babeada, sentir una tormenta en la garganta cuando quiero pronunciar el sonido /k/ o tener que interrumpir una conversación porque tanta saliva me impide expresarme con claridad.

# No soy capaz de sentarme ante un plato de comida sin empezar a comer! Atrás quedaron los tiempos en los que educadamente esperaba a que todo el mundo tuviese su plato en la mesa para empezar, si mi plato llega primero, no puedo aguantarmeeeeeeeeeee!!!


Y hasta aquí las cosas que NO y las que SÍ... pero esto no es todo amigos!
Por hoy es suficiente, pero os seguiré contando...


jueves, 5 de agosto de 2010

Conclusiones

Ya sólo queda un mes para salir de cuentas.
¿Cuánto queda para que el pequeño Alberto se disponga a salir de aquí? Eso ya no lo sé, porque cada día intenta escaparse de la tripa atravesando el ombligo, y me temo que como saque el carácter de su madre, si se empeña en salir antes, va a salir antes, seguro.

Estando ya de 8 meses de embarazo, creo que ha llegado un buen momento para sacar conclusiones.
Seguramente, despues de dar a luz se puedan sacar aún más conclusiones, cuando ya no moleste la tripa ni esté el bebé dentro y el organismo vuelve a su estado natural. Pero me temo, que con el esfuerzo de empujar para sacar al bebé de nuestro cuerpo, también expulsamos historias y recuerdos de esta trayectoria de 9 meses, que una vez que el niño ha venido al mundo, parece ser que se olvidan.

Cuando empecé a escribir este blog, me propuse no olvidar la inmensa cantidad de cosas, cambios, sensaciones, síntomas y anécdotas que ocurriesen durante mi embarazo, que no se parecen a ninguna experiencia que haya vivido antes y que por muy buenas o muy desagradables que fuesen quería poder tener presente el día de mañana, cuando este embarazo quede como un recuerdo.

Yo no sé qué supone para otras madres estar embarazada, pero ESTOY SEGURA de que para cada mujer es diferente y que para todas es LO MÁS GRANDE.

En mi caso, es una realidad tan SUMAMENTE IMPORTANTE, QUE HA ECLIPSADO Y CAMBIADO muchos hábitos, pensamientos, actitudes y pilares de mi vida que nunca volverán a ser los mismos.
Y algo tan importante como este embarazo merecía ser vivido momento a momento, con sus cosas buenas y las "otras", siendo consciente siempre de que todo lo que ocurría en mi vida y en mi interior en estos meses era provocado porque una persona muy importante estaba creciendo dentro de mí.

Si nos paramos un segundo a plantearnos QUÉ ES ESTAR EMBARAZADA, nos damos cuenta de que en lo cotidiano, no le damos a esta realidad la importancia y gravedad que tiene: ESTAR EMBARAZADA SIGNIFICA ESTAR FABRICANDO  UNA PERSONA QUE CRECE DENTRO DE NUESTRO CUERPO HASTA QUE ESTÁ PREPARADA PARA SALIR A FORMAR PARTE DEL MUNDO.
Todos hemos estado ahí, y, ahora que estamos aquí no nos damos cuenta de ello.

Por eso la gente que me ha demostrado no ser capaz de entender ni respetar esta importancia, ha dejado de formar parte de mi vida. Sin duda, estar embarazada te hace tan consciente de todo, que es un gran momento para hacer "limpieza" de pobres infelices que se creen el ombligo del mundo y se empeñan en obviar y "olvidar" tu embarazo para no "dejar de ser importantes". Sé que suena estúpido, muy estúpido y muy cafre, pero hay gente así.


Durante las semanas que quedan, pondré al día esta grandísima montaña rusa de anécdotas, intentando que no quede ninguna en el tintero. Así que no dejaré de escribir, que me faltan por contar un montón de cosas que no he podido escribir estos meses, TODAVÍA QUEDA FIESTA POR DELANTE!

MILLONES DE GRACIAS POR LEER ESTE BLOG.

miércoles, 28 de julio de 2010

La Primera Vez

Matrimonio. Joven. Nuestro primer embarazo:
la cara que se nos pone cada vez que hay que montar algo para el muchacho no tiene precio.

Desgraciadamente no es tan fácil como montar los muebles del Ikea.
Nosotros ya nos hemos visto manos a la obra con el montaje del cochecito-silla-sillaparaelcoche, el cambiador y la cuna y no estoy yo muy segura de que cuando le metamos ahí la primera vez no vaya a caerse de culo o salir volando.

Cuando el resto de tu vida has visto los cochecitos y las cunitas de los demás das por hecho que te vienen así hasta casa, y no te planteas jamás que constan de miles de millones de piezas que tienes que gestionar tú mismo y que unas instrucciones demasiado escuetas no te explican cómo y dónde hay que colocar.

Una vez más, la figura del padre cobra aquí un valor fundamental, cuando estás con una barriga de casi 8 meses y le ves moviendo y levantando piezas, ruedas y cacharros, tirado en el suelo poniendo tornillos, abriendo cajas que son tan altas como yo... y me miro el barrigón y me agoto sólo de pensar que estuviese yo sola teniendo que hacer eso...
Y vuelvo a pensar que el valor de una madre sola es incalculable, y no, no me apetece volver a oir aquello de "chica, cuando no te queda más remedio..." Quede o no quede más remedio, el valor, la fuerza y el coraje de una mujer sola ante un embarazo es algo que la mayoría de los seres humanos no igualaríamos ni seríamos capaces de alcanzar nunca jamás en nuestra vida.


Por otro lado, hemos comprado un bonito barreño de plástico que nos aseguran que es una bañera para el bebé y no una palangana para meter los pies, y atención queridos y queridas: tiene un agujero! Un agujero chiquitito que no es defecto de fábrica, porque al parecer todas lo tienen... y lo mejor de todo es que lo que NO tiene es un tapón, así que ¿alguien es tan amable de explicarme para que sirve un barreño/bañera de plástico si tiene un agujero????

Espero que aquello que dicen del instinto maternal y que una vez que está aquí el bebé te salgan las cosas como si las hubieras hecho toda tu vida sea verdad. Si no, me temo que al pequeño Don Alberto le bañaremos en el fregadero y le pasearemos en el carrito de la compra.


Y con todos vosotros las obras de arte de los papás primerizos. Sí, sí... Si a la vista están bien montadas... sólo hay que esperar a ver si funcionan cuando esté aquí el pequeño...








Hay una primera vez para todo y por lo general no es fácil, nada fácil.
No me quiero imaginar la primera vez que haya que usar un sacaleches O_o

miércoles, 7 de julio de 2010

El gran poder de las pequeñas cosas

El sábado pasado, hace ahora cuatro días, coincidiendo con el partido España-Paraguay, la fiesta del Orgullo y el final de la temporada de nuestro Show, no estaba muy segura de si me iba a poner de parto o el pequeño Alberto iba a salir disparado directamente atravesando el ombligo como Alien.
Despues de pasar toda la mañana con un dolor infernal de riñones, cuando por la tarde me puse en pie y en marcha, comenzó el gran festival de las patadas, los cabezazos, los codazos y rodillazos a traición.
Nunca había visto mi barriga ni ninguna otra parte de mi cuerpo moverse de esa manera.
Ni los gases provocados por el atracón de un kilo de fabada podrían provocar unos meneos tan escandalosos. Me asusté, cómo no! y mucho!
Todos los médicos coinciden en que es muy bueno notar que el bebé se mueve... de acuerdo...
Y cuánto de bueno es que el pequeño individuo se ponga a bailar reguetón dentro de mi barriga???

Cuatro días despues de este inexplicable episodio, saliendo de la clase de la matrona, se me ha encendido la bombilla y creo que he encontrado el motivo:
El sábado, coinciendo con el partido España-Paraguay, la fiesta del Orgullo y el final de la temporada de nuestro Show, me dio un antojo muy poco habitual por mi parte. No me pasa casi nunca, pero el sábado necesitaba comer chocolate... aaahhhhh... chocolaaaaaateeee...mmmmm...
Pues sí, chocolate. Insisto, no me da muy a menudo por comer chocolate, no me va demasiado, pero cuando me da, me da. Y el sábado me dio, y de qué manera! Media tableta, un bollo relleno y media botella de batido: sobredosis de chocolate!

Esta mañana cuando acabábamos la clase de la matrona, una de las chicas le comentaba que su niño no se mueve. "Estimúlale", le decía la matrona, "date pequeños toques en la barriga, a ver si reacciona... y si no, come chocolate, que se moverá seguro"
Ahá... AHÁ!!!! Come chocolate... se moverá...  Seguro??? SEGURO!!!!

Uff... El pequeño Don Alberto no ha sido poseído... y a lo mejor la explicación es mucho más sencilla de lo que podía imaginar...


sábado, 3 de julio de 2010

Aaaahhhh!

El dolor y el cansancio existen!

Quiero seguir trabajando todo este mes, pero se me agotan las fuerzas.
Necesito organizarme para descansar mucho más de lo que descanso ahora. Y eso que ya he delegado tareas y he cambiado horarios, pero cada vez mi rendimiento es menor.

Me cuesta estar sentada delante del ordenador, me cuesta caminar por la calle y mucho más me cuesta moverme y estar de pie.
La verdad, es que desde hace unos días como mejor me encuentro es tumbada, pero no puedo estar así todo el tiempo!!!

Por lo menos hasta el 31 de julio, el último compromiso laboral que tengo previsto, espero aguantar.
Salgo de cuentas el 4 de septiembre y sí, ya me han comentado por ahí que esperar poder currar el 31 de julio por la noche es una locura, pero tengo que intentarlo!
No me importa tanto cansarme como la posibilidad de que al pequeño le pueda afectar mi trabajo.
Y esto último no lo tengo muy claro, nadie me lo dice claramente pero supongo que si toda la vida las madres, sobre todo en tiempo de nuestras abuelas, se han visto obligadas a trabajar lo máximo posible no será tan perjudicial. Al fin y al cabo, este pequeño ser está calentito, amortiguadito, y tan a gusto ahí dentro.

No queda otra que ir viendo poco a poco cómo transcurren los días y, eso sí, poner de mi parte para poder tener todas las horas de descanso posibles.


Copio y pego este estracto de un blog que habla precisamente sobre la fatiga durante el tercer trimestre.
El problema es que parece que todas las madres tienen un horario de día... yo no!!!!  trabajo de día y trabajo también de noche.... y todavía no encuentro ningún testimonio de madres con trabajos nocturnos que hablen de cómo sobrevivieron...
Igualmente intento seguir estos consejos:

Fatiga: Qué puede hacer
Las siguientes sugerencias le ayudarán a evitar la fatiga excesiva durante el embarazo:

Duerma siestas. Si puede durante el día, la hora del almuerzo o antes de la cena, duerma una siesta.

Tómese descansos. En el trabajo, tome descansos frecuentes para moderar el ritmo de trabajo y recuperar energías.

Acuéstese más temprano. Le convendrá acostarse más temprano de lo habitual, en especial si se despierta varias veces durante la noche. Acuéstese cuando se sienta cansada. No se fuerce a permanecer despierta hasta la hora normal de acostarse.

Evite levantarse durante la noche. Tome suficientes líquidos durante el día. Evite tomar bebidas dos o tres horas antes de acostarse para que no tenga que levantarse con tanta frecuencia a orinar en la noche. Si tiene acidez estomacal frecuente, coma la última comida del día varias horas antes de acostarse o de irse a dormir. Antes de acostarse, estire suavemente los músculos de las piernas. Eso le ayudará a evitar los calambres nocturnos.

Haga ejercicio. A menos que el profesional de la salud le indique lo contrario, trate de hacer ejercicios por lo menos 30 minutos por día. Aun los ejercicios moderados como caminar le levantarán el espíritu y le mejorarán el nivel de energía. (No olvide consultar con el profesional de la salud qué ejercicios puede hacer y cuánto tiempo puede mantener el programa de actividad física.)

Beba líquidos en abundancia. No olvide tomar suficientes líquidos. La falta de líquidos contribuye a la fatiga.

No se extralimite y relájese. Evite las situaciones estresantes. Limite los encuentros sociales y otras actividades que la dejan extenuada. En cambio, dedíquele tiempo a las actividades que la relajan y calman. Recurra a las técnicas de relajación, como la respiración profunda, cuando sienta que necesita un descanso.

Pida ayuda. Deje que su pareja, sus hijos o amigos la ayuden en la casa lo más posible. Si se siente estresada, hable con amigos y parientes que puedan ayudarla a sentirse mejor. Hable con el profesional de la salud para que le recomiende grupos de apoyo y otros recursos.

Coma bien. Coma una dieta balanceada rica en hierro y proteína. Es particularmente importante comer alimentos ricos en hierro durante el embarazo, como por ejemplo carnes rojas, mariscos, aves, cereales y pastas fortificadas con hierro o de harina integral, verduras de hoja verde oscuro, frijoles, nueces y semillas. Si toma jugos cítricos cuando come las comidas ricas en hierro, le ayudará al cuerpo a absorber mejor este mineral.

Tome vitaminas prenatales y suplementos de hierro si se lo recomienda el profesional de la salud.
Es normal sentir cansancio durante el embarazo, en particular en el primer y tercer trimestre. Si bien los síntomas suelen mejorar en el segundo trimestre, algunas mujeres se sienten cansadas durante todo el embarazo.

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PUBLICADO: Nacer Sano
Más Información: Embarazo & más

miércoles, 30 de junio de 2010

30 semanas






Sí, sí... se dice pronto... 30 semanas llevamos ya embarazados.
Y no, no parece que fue ayer. Llevo embarazada desde el año pasado. Finales del año pasado, eso sí, pero desde el año pasado al fin y al cabo. Vamos, mucho tiempo... nada más y nada menos que 7 meses!

Y ahora a todo el mundo le ha dado por verme la barriga y pensar que estoy a punto de dar a luz. No es para menos, está enorme!!!
La matrona me acaba de felicitar porque a pesar del gran tamaño del bombo, llevo el tema del peso estupendamente.

No tanto lo de la tensión, un pelín descompensada.
Eso sumado a que tengo calambres y dolores en la parte baja del vientre y en los costados, me ha supuesto tener que tirarme unos días de reposo.

Ayer comprobé que realmente el reposo es bueno! Y útil!!!
Me acosté a primera hora de la tarde porque ya no aguantaba el dolor y los calambres, tenía la tripa muy muy muy dura y el pequeño no dejaba de moverse, haciéndome aún más daño...
Pasé el resto de la tarde tumbada, sin levantarme apenas, y el cuerpo me pedía que siguiese así.
A última hora de la tarde volvía a tener la tripa blandita, los calambres casi habían desaparecido y el pequeñajo ya no estaba tan revoltoso.

Hoy me he movido lo justo y necesario. Estoy muy asustada, por supuesto.
No me haría ninguna gracia que me mandasen hacer un reposo absoluto, noooooo!!!

Pero supongo que tanto trajín, tanto trabajo, tanto tiempo de pie y tantos nervios no son lo más favorable para tener una recta final de embarazo sin contratiempos...

Lo prometo, descansaré más e intentaré estar más relajada... Lo intentaré, por lo menos...

El ajuar

El pequeño Don Alberto ya tiene cuna, colchón, protector, cochecito, y silla y silla para el coche... y madre mía la de cosas que necesita un individuo tan pequeño!

La semana pasada su tía MJ nos envió una caja enorme con ropa para él y para su cuna, y cuanto más lo miro todo, menos claro tengo qué es lo que le voy a tener que poner y cómo le voy a tener que vestir... con lo fácil que era todo cuando le cambiaba los pañales al Nenuco!!!

El tiempo sigue pasando muy despacio.
Cada vez estoy más convencida de que el embarazo sirve para poner a prueba a las hembras más resistentes de la especie humana, porque tengas o no tengas malestar, todo es mucho más incómodo, los disgustos son más grandes, las emociones más intensas y la barriga llega a alcanzar unos volúmenes inimaginables.
Y todo eso (más las molestias, si se tienen) junto, todo a la vez y sin parar durante nueve meses.

Una vez más pido públicamente disculpas por mis despistes y olvidos. Estoy inconmensurablemente preñada y no me llega bien la sangre al cerebro.

Y por supuesto, estoy deseando verle la cara y tenerlo entre los brazos!!!!!!!!
Estamos pasando unos meses un poco complicados, pero estoy segura de que todo será diferente cuando el pequeño Don Alberto requiera toda nuestra atención.

Sin duda, lo más importante que sigo sacando en conclusión de este embarazo es que tengo a mi lado a la persona más importante de mi vida y que nada puede ser demasiado malo mientras nos mantengamos los dos unidos.

Pero Alberto, no tardes mucho más en llegar que estamos muy impacientes!!!!

jueves, 17 de junio de 2010

Zzz...

Vaya, parece que ha llegado ese momento que tanto me advertían y me preguntaban si me estaba pasando ya:


ME MUERO DE SUEÑO


Llevo cuatro días que no levanto cabeza, me quedaría dormida en cualquier lado y en cualquier postura! Sí, sí, que ya lo he comprobado y me he quedado dormida sentada, señores, sentada encima de la cama, apoyada sólo en el culo.


Y son ganas de dormir de verdad, vamos que si cierro los ojos me quedo frita!


Se supone que este ataque feroz de sueño sucede al principio del embarazo, pero lo cierto es que hasta ahora no era capaz ni de echarme la siesta, la mayoría de las noches no dormía demasiado, y me despertaba muy temprano.


Pero ahora ha cambiado tanto la cosa, que incluso estando aparentemente despierta, alguna parte de mi cerebro está plácidamente retozando en los brazos de Morfeo. Y llevo encima una tontuna todo el día que parece que me haya dado un aire y me haya quedado p’allá… lo que me faltaba.


miércoles, 9 de junio de 2010

Time goes by so slowly


Sí, lo sé. Suena a canción de Madonna y a banda sonora de Ghost

Y también suena a que el embarazo se me está haciendo eterno

Y quizá no tanto como eterno, pero sí que hace meses que parece que el tiempo pasa más despacio.



Esto hace unos días me preocupaba mucho. Por suerte, nuestra amiga E me contó que cuando una mujer queda embarazada "aterriza" en la vida real.

Y me doy cuenta de que en la vida real las cosas pasan a una velocidad diferente y también me doy cuenta de que lo que está está y lo que podría estar no está… podría, pero no está. Realidades aparentemente cargadas de una lógica aplastante pero que ante los ojos de una muchacha normal, tan normal como era yo por ejemplo, no es que fuesen lógicas o ilógicas, la cuestión es que no existían.


Ocupamos el tiempo haciendo y a la vez imaginando lo que podríamos hacer si no estuviésemos haciendo lo que tenemos entre manos y como serían las cosas si estuviésemos en un lugar o una época distintas o si tuviésemos el pelo de otro color.


Si no estando embarazada la imaginación vuela, durante el embarazo supera la velocidad de la luz… vamos, que estamos a un pequeño paso de que se nos pire la pinza visualizando la cara de nuestro bebé, pensando en si llorará o no llorará, le podré o no dar el pecho, tendré un parto normal o con complicaciones, cómo nos organizaremos para trabajar, cómo encontraremos una buena canguro, dónde podremos la cuna, a que colegio irá, qué carrera estudiará, de dónde sacaremos el dinero para enviarle a aprender idiomas en el extranjero…


Baaaaaaaaasta!!!


Pensamos en cientos de miles de millones de cosas en las que por mucho que pensemos ahora no podemos controlar! Tanto barullo de “posibilidades” e “irrealidades” dentro de la cabeza agota, y nos devuelve de golpe y porrazo al momento actual donde con un poco de esfuerzo nos damos cuenta de que por mucho que lo intentemos y por muy supermamás que nos creamos, no podemos organizar el futuro a nuestro antojo!!!


Entreguémonos al sabio poder de la improvisación!


Por supuesto que conviene hacer pequeñas previsiones y atar algunos cabos antes de que el pequeño llegue para que todo sea más fácil. Pero vivir en el mundo real a tiempo real nos librará de más de uno y más de cien ataques de nervios.


Así que cuando, como dice E, “aterrizas” en el mundo real, las cosas se suceden con más calma y parece que el tiempo pasa más despacio.


Y acabas dándote cuenta de que 9 meses son 9 meses, casi un año! Y es un tiempo considerable… y que aquello que te cuentan al principio del embarazo: “disfrútalo, que pasa volando y ni te enteras de que estás embaraza” es absoluta y radicalmente MENTIRA, como otros muchos mitos del embarazo, de los que ya hablaremos en otro momento… ;)


miércoles, 26 de mayo de 2010

LA PIEZA CLAVE

Sin duda y a pesar de esos momentos en los que lo veo todo negro... tengo mucha, muchísima suerte.
A mi lado está la persona más importante del mundo, la pieza clave en esta nueva aventura, el ánimo infatigable que me da aliento cuando ya no puedo más.

El fabuloso papá de la criatura.


Hace más o menos un año surgió la posibilidad de habernos quedado embarazados, pero no fue así. De ilusionarnos y fantasear con la idea de ser papás, tuvimos que regresar a la realidad de no serlo y plantearnos que, al menos, ese no era el mejor momento.


Meses después, tras pasar y superar cosas, muchas cosas, algunas fáciles, otras no... nos volvimos a enamorar. Todo pasó a un segundo plano, nos vivimos el uno al otro más de cerca que nunca. Y claro, tanto cariño, tanto cariño... pues llegó el pequeño príncipe del rock’n’roll que está en camino.

Toda la vida he pensado que las cosas pasan porque tienen que pasar y que nada sucede por casualidad...
Pues eso. Tal cual.


En diciembre por mi cumpleaños me llevó a Las Vegas. Al lugar de nuestros sueños, a cumplir la ilusión de casarnos. Y vaya si cumplimos nuestros sueños... viajamos, contrajimos matrimonio legal y nos trajimos un pequeño ciudadano americano!!! Me río yo de los paquetes vacacionales, no encontrará ninguno tan completo, oiga!

Un mes después nos enteramos de la gran noticia. Desde entonces algo en él ha cambiado. Está feliz y orgulloso porque va a ser papá. Y eso le hace ser aún más especial.

Y me doy cuenta, de que el mérito de un embarazo no recae tan sólo sobre nosotras. Por supuesto, a mí me duele, a mí me molesta, a mí me tienen que sacar sangre, a mí me dan los bajones... pero él está ahí, viviéndolo todo sin poder saber cómo es exactamente... pero haciéndose cargo como si pudiese sentirlo por sí mismo.


Acaso yo sería capaz de entender tanta revolución de síntomas y cambios sin poder experimentarlos en mi propio cuerpo? Sería posible para mí ponerme en su lugar y hacer el esfuerzo de comprenderlo???


No estoy del todo segura. En serio. Me esforzaría para lograrlo, pero dudo mucho de mi capacidad de éxito...


Admiro muchísimo su esfuerzo de estar nueve meses en la más pura incertidumbre entendiendo cada novedad como si la estuviese viviendo en sus propias carnes.


Sin poder saber cómo es el dolor del la costilla flotante, lo incómodo que puede resultar estar acostada, o cómo sabe el líquido de glucosa de la prueba del azúcar...

Y sobre todo, cuando me inunda ese miedo y tristeza inexplicables, él me ayuda a verlo todo con los ojos de la realidad.


Este pequeño bebé va a tener mucha suerte de tener el papá que tiene. Y si además se parece a él, va a ser toda una belleza.


Madrid © 2010 Antonio Alay