Las cosas de mi embarazo, sólo por el placer de compartirlas y dejar constacia de ellas.

Sin intención de educar ni dar consejos, puesto que no hay dos embarazos iguales, supongo...

miércoles, 26 de mayo de 2010

LA PIEZA CLAVE

Sin duda y a pesar de esos momentos en los que lo veo todo negro... tengo mucha, muchísima suerte.
A mi lado está la persona más importante del mundo, la pieza clave en esta nueva aventura, el ánimo infatigable que me da aliento cuando ya no puedo más.

El fabuloso papá de la criatura.


Hace más o menos un año surgió la posibilidad de habernos quedado embarazados, pero no fue así. De ilusionarnos y fantasear con la idea de ser papás, tuvimos que regresar a la realidad de no serlo y plantearnos que, al menos, ese no era el mejor momento.


Meses después, tras pasar y superar cosas, muchas cosas, algunas fáciles, otras no... nos volvimos a enamorar. Todo pasó a un segundo plano, nos vivimos el uno al otro más de cerca que nunca. Y claro, tanto cariño, tanto cariño... pues llegó el pequeño príncipe del rock’n’roll que está en camino.

Toda la vida he pensado que las cosas pasan porque tienen que pasar y que nada sucede por casualidad...
Pues eso. Tal cual.


En diciembre por mi cumpleaños me llevó a Las Vegas. Al lugar de nuestros sueños, a cumplir la ilusión de casarnos. Y vaya si cumplimos nuestros sueños... viajamos, contrajimos matrimonio legal y nos trajimos un pequeño ciudadano americano!!! Me río yo de los paquetes vacacionales, no encontrará ninguno tan completo, oiga!

Un mes después nos enteramos de la gran noticia. Desde entonces algo en él ha cambiado. Está feliz y orgulloso porque va a ser papá. Y eso le hace ser aún más especial.

Y me doy cuenta, de que el mérito de un embarazo no recae tan sólo sobre nosotras. Por supuesto, a mí me duele, a mí me molesta, a mí me tienen que sacar sangre, a mí me dan los bajones... pero él está ahí, viviéndolo todo sin poder saber cómo es exactamente... pero haciéndose cargo como si pudiese sentirlo por sí mismo.


Acaso yo sería capaz de entender tanta revolución de síntomas y cambios sin poder experimentarlos en mi propio cuerpo? Sería posible para mí ponerme en su lugar y hacer el esfuerzo de comprenderlo???


No estoy del todo segura. En serio. Me esforzaría para lograrlo, pero dudo mucho de mi capacidad de éxito...


Admiro muchísimo su esfuerzo de estar nueve meses en la más pura incertidumbre entendiendo cada novedad como si la estuviese viviendo en sus propias carnes.


Sin poder saber cómo es el dolor del la costilla flotante, lo incómodo que puede resultar estar acostada, o cómo sabe el líquido de glucosa de la prueba del azúcar...

Y sobre todo, cuando me inunda ese miedo y tristeza inexplicables, él me ayuda a verlo todo con los ojos de la realidad.


Este pequeño bebé va a tener mucha suerte de tener el papá que tiene. Y si además se parece a él, va a ser toda una belleza.


Madrid © 2010 Antonio Alay

2 comentarios:

Duerme, duerme negrito. dijo...

Jooooo, Queen, me ha encantado.... Ay!
Me has emocionado con tu texto que es toda una declaración de amor.

Ese pequeñajo tiene muuucha suerte!

Unknown dijo...

Alucinante y precioso. Estoy pasando exactamente por la misma situacion, y adoro tener al padre de mi hijo a mi lado y saber que está ahi con todas. Simplemente es lo que mas te puede llenar en la vida