A veces duelen, otras sólo sorprenden, pero son todos bienvenidos. Nunca me había sentido así, y aunque vuelva a quedarme embarazada, estoy segura de que será distinto.
El anhelo de compañía, la necesidad de entretenerme y no quedarme parada ni sola, quizá son los sentimientos que más me preocupan. Pero son directamente proporcionales al orgullo y la felicidad de estar dando vida a un mini ser humano, que tendrá ojos, manos y pies y una vida enorme por delante.
Tengo tantas ganas de verle la cara que vivo cada día de esta preñez como si fuese único. Porque no quiero pasar nada por alto.
Porque esto es lo más importante del mundo.
Porque en mi vida podría haber hecho nada mejor.
Es un momento único, nuestro, que nada ni nadie puede eclipsar.
Dicen que el embarazo te vuelve egoista. Tal vez, si consideramos egoísmo al derecho de portegernos de la estupidez y la pérdida de tiempo.
Si llamamos egoísmo a disfrutar del derecho a ser felices y sentirnos importantes.
Que cada cual lo llame como necesite. Para nosotros es nuestro momento, la espera activa de una criatura que es ahora mismo el ser más querido y deseado de la historia de la humanidad.
2 comentarios:
Y lo que se le quiere desde el día 1 sin haberlo visto nunca?? Eso sí que es la maravilla más grande que he vivido.
y cada día más!
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